Se rompe el silencio exterior que se respiraba hasta ahora en el Colegio de Enfermería de Las Palmas. Su presidente, Carmelo Granados Pérez, que lleva en el cargo dieciséis años, es objeto estos días de crítica por parte de sus colegiados por varios motivos, quizás todos derivados de esa eternidad en el machito y de lo difícil que es cambiarle. Pero el detonante de estas críticas, aún con sordina, hay que encontrarlo en el homenaje que a Granados quiere hacerle a su propia directiva, con él a la cabeza, el próximo día 13 en el hotel Meliá Cristina. Para tal acontecimiento, los mandamases del colegio han decidido invitar a todos los presidentes colegiales de España, y olvidarse de hacer lo propio con los que pagan las cuotas, es decir, los colegiados de esta provincia, unos 6.000, obligados a pasar por caja para poder ejercer. Para colmo, Granados lleva ya tres años jubilado, lo que significa que o el homenaje llega tarde o, como dicen los críticos, está tardando en jubilarse del todo.