Repetimos lo que siempre hemos sostenido: jamás de una situación judicial garantista, la de la condición de imputado que se adjudica a las personas para que puedan defenderse adecuadamente en los procedimientos judiciales, se ha sacado tanto petróleo político como el que Soria ha sacado de la imputación de José Francisco Henríquez. No está bajo medidas personales especiales, ni fue detenido, ni se le impuso fianza, ni se le ordenaron registros domiciliarios. Sin embargo, Soria se empeña en adjudicarle a Henríquez la condición de cerebro de una operación en la que ha habido dos personas del PP en prisión preventiva, una docena de detenidos (varios del PP) y más de quince con fianza y medidas personales, y ninguno de otro partido que no fuera el PP. Lamentablemente para él, lo dicho este jueves en el Parlamento, lo dicho en un programa de Televisión Canaria y lo dicho en las comparecencias anteriores en las que se convirtió también en patética vedette de pantis con carrera y rimel corrido, servirán para nutrir una querella criminal por injurias y calumnias de las que deberá responder ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJC si, cuando se sustancie, sigue siendo aforado.