Mientras el empresario Ruano Torres, financiador de la última campaña electoral del PP en Santa Brígida, amenaza en otra nueva carta con meter al alcalde en un apuro, nuestro admirado Lucas Bravo de Laguna vuelve a tener problemas con otras amistades peligrosas. Un edificio muy céntrico de la villa, en la Calle Nueva, muy cerca del Ayuntamiento, tiene la culpa. Propiedad de la Cámara Agraria, está sujeto desde hace tiempo a un convenio de cesión al consistorio por 25 años, pero como el inmueble empieza a amenazar ruina, su presidente, Juan Hernández, busca una solución definitiva. De ahí que intente desde octubre del año pasado acordar con el Ayuntamiento su cesión definitiva, a cambio de que la institución corra con los gastos de demolición, la construcción de un nuevo edificio y el otorgamiento de una planta para la organización agraria. Pero no ha habido manera.