Como Abrótano Macho, la marca de colonia que utilizaba como eslogan aquel insuperable “Vuelve el hombre”, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria quiere poner de manifiesto de modo urgente que ha vuelto el PP, que ha vuelto, ahora como alcalde, aquel concejal de Urbanismo que acompañó a Soria en algunas de las más desgraciadas decisiones tomadas contra la ciudad. Como los coches oficiales se están reduciendo (teóricamente) y además no se deben rotular, a la mayoría gobernante no se le ha ocurrido mejor cosa que ordenar a la adjudicataria del servicio de limpieza, FCC, que sean sus vehículos los que estrenen la nueva imagen corporativa, color azul PP y un indisimulable “Vuelve el pulso”. Ya va siendo hora, estarán mascullando muchos vecinos, especialmente en el sensible capítulo de la limpieza, porque desde que llegó el PP ésta se está concentrando específicamente en la zona baja de la ciudad, la que soporta el mayor tránsito de coches y de personas, lo que ven las visitas, descuidándose nuevamente en los demás barrios de la capital. Las cada vez más públicas desavenencias entre la concejala del ramo, Carmen Guerra, y la gerente y cuñada del alcalde, Cristina Reyes, están empezando a traducirse en la prestación del servicio. La rotulación de los nuevos coches de limpieza ya ha supuesto un retraso en su puesta en funcionamiento, además del correspondiente coste, al que habrá que sumar el correspondiente a darle el tono azul pepero a la maquinaria hasta ahora verde, alguna de ella de propiedad municipal.