Habrá que seguir insistiendo en la necesidad de que el Ministerio de Medio Ambiente aclare a todos los canarios, y a todos los españoles de paso, el valor que tienen sus propios informes, sobre todo los que firman sus altos funcionarios. Más que nada para situar en sus justos términos el poder que puede llegar a tener un alcalde del PP en un municipio turístico en pre-campaña electoral. Y en pleno debate de moratoria, desarrollo sostenible y brindis al sol, todo habrá que decirlo. Pero si ya es grave que una directora general del ministerio confiese que lo que no lleva su nihil obstat no está en este mundo, mucho más lo es pensar que los informes de los técnicos no sirven cuando contravienen los altos designios de un cacique local. Pero en fin. En este feo asunto de los hoteles de El Cotillo y el particular desarrollismo insostenible del marqués de las Dunas correrán ríos de tinta de aquí a mayo, sin que podamos escuchar en ningún momento al presidente regional del PP, José Manuel Soria, pronunciándose abiertamente. Ya verán. A la que sí nos gustaría escuchar en este asunto es a Milagros Luis Brito, viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno nacionalista y olé, que este jueves trató de acallar la voz de una periodista que, en solemne y majestuoso acto de su trabajo, trataba de preguntarle a la directora general de Conservación de la Naturaleza por los informes de su departamento. Se puso censurona doña Milagros, quizá en aplicación de la tendencia cada vez más generalizada de su partido de ser más del PP que Manolo el gaitero.