La misiva no tiene desperdicio y en ella se recuerda al primero de los canarios que una compañía noruega de prospecciones petrolíferas llamada TGS-NOPEC, ha dado marcha atrás en su intención de trabajar en el Sáhara Occidental ante la presión de la opinión pública de su país. Eso sí, todo en un tono muy correcto y documentado en el que dan cuenta de la postura de Naciones Unidas en torno al conflicto. Tan correcto que hasta ejercen de consejeros -de los que dan consejos-, para hacer ver al presidente que no dejaría bien parado el nombre de Canarias si se ve “envuelto en problemas judiciales por violación del Derecho Internacional o por complicidad con graves violaciones de los derechos humanos”.