Malos tiempos para tener dinero y vivir, trabajar o negociar en San Bartolomé de Tirajana e inmediaciones. Le puede ocurrir al incauto que reúna esos requisitos, que le caiga encima un presidente de club de lucha para pedirle la esponsorización suficiente para la temporada que empezará el próximo septiembre. La cosa está que arde porque la competitividad es mucha y las perras son remolonas. Les ponemos en situación: en San Bartolomé hay tres clubes de lucha, cada cual con su tradicional financiación. Está el Maspalomas, que hasta el año pasado recibía una buena ayuda del grupo Dunas, de Ángel Luis Tadeo, además de algunas ayuditas más humildes del Ayuntamiento. Luego está el Virgen de Fátima, que es quizá el de mayor apoyo económico popular, y por tanto, el más humilde. Se financia con pequeñas cantidades provenientes de Aldea Blanca y de Vecindario. Y por último está el Castillo, que como su propio nombre indica, tiene su sede en Castillo del Romeral.