La crisis política desatada en el municipio tinerfeño de El Tanque tras la ruptura entre el PSOE y Coalición Canaria ha provocado una llamada telefónica de la dirección regional socialista a Javier Abreu para que trate de imponer el orden. Parece estrambótica la petición después de que la misma dirección regional lo aparatara de un manotazo en el reciente congreso insular para aupar a unos dirigentes que no están moral ni políticamente legitimados para imponer a los concejales de ese municipio que arreglen sus cosas con CC, una vez ellos mismos son contrarios al pacto con los nacionalistas. Lo malo de lo que ocurre en El Tanque es que esa crisis podría saltar a otros municipios donde las mayorías están cogidas con alfileres, como es el caso de Icod, donde el alcalde socialista gobierna en una cada vez más frágil mayoría minoritaria. Y, por razones añadidas, a uno de los pactos clave, el de Santa Cruz de Tenerife, seriamente tambaleado con la marcha de Julio Pérez.