Este viernes se cumple la advertencia hecha hace una semana por los recaudadores de la Seguridad Social para personarse en la sede de la UD Las Palmas con cerrajero, policía y camiones para el embargo total de todo el mobiliario amarillo. Todo un despliegue para el cual reclamarían una orden judicial que obtendrían en un tiempo de entre cinco y ocho días, a contar desde el viernes pasado. En Pío XII 29 el personal está pasando sus horas más amargas y el trabajo se hace un suplicio con un ojo puesto en la calle y otro en la faena diaria. El mal trago que habrán de pasar no se lo quita nadie, ya que las últimas noticias llegadas al palacete apuntan a que los recaudadores no ceden en su empeño de cumplir con la ley y no “prevaricar” si hacen la vista gorda. Aun así, el personal espera en guardia el día de autos y no se quedará con los brazos cruzados. Lejos de impedir la actuación de la ley, cuando menos dejarán pública constancia de su repulsa al embargo a un club que quiere alcanzar acuerdos que le permitan respirar y cumplir con sus deudas. Estén atentos porque hasta las peñas amarillas también están al loro. Y se dejarán notar por Ciudad Jardín.