El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Poderoso caballero es don Petróleo
El poderío del petróleo se apreció sin disimulo en el hotel AC, el viejo pero renovado Don Juan de Las Palmas de Gran Canaria, propiedad de Antonio Catalá. Repsol lo convirtió por unas horas en su sede central, con control de acreditaciones en el vestíbulo, con uno de los tres ascensores bloqueados para el uso exclusivo del personal de la compañía, y con el desvió de periodistas y de usuarios a los montacargas cuando Brufau entró en el establecimiento. Unos escoltas tamaño armario de cuatro puertas evidenciaban las estrictas medidas de seguridad que lo acompañan. El poderío se confirmó en la sala de la planta 22 habilitada para la ocasión, con una puesta en escena cuidada, mil veces ejecutada y desde luego eficaz. Brufau entró a saco una vez dio comienzo la conferencia de prensa: “Vengo a pedir el soporte de los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura para que en esas islas estén las instalaciones logísticas”. Tuteó en todo momento a los periodistas y se marchó tras la última pregunta alegando que tenía que irse a Estados Unidos (el avión de la compañía le esperaba en Gando). Las azafatas entregaron a cada periodista una bolsa corporativa con unos obsequios muy intencionados, a la par que elocuentes: una botella de vino de la bodega de Juan Francisco Rosa, Stratus, expedientada por ilegalidades urbanísticas (como sus dos hoteles), y un queso semicurado de Queserías Maxorata, propiedad del padre de la diputada del PP Celia Alberto, Alfredo Alberto. Un lápiz de memoria y un tarjetón anunciando que el queso y el vino escogidos “se incorporarán próximamente a la selección de productos de calidad garantizada de las estaciones de servicio Repsol” completaban el lote.
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