Qué gran vidente, qué dotes para la futurología y la adivinación. El propietario de El Día, don José Rodríguez y Ramírez ha acertado de pleno en sus predicciones y ha resultado condenado en el primero de los pleitos por los que tendrá que responder tras su febril majadería sobre los papeles de México, ya saben, aquellos que resultaron ser falsos en los que se atribuía la titularidad de una sospechosa empresa mexicana a la familia de Paulino Rivero. La juez de Primera Instancia número 5 de Santa Cruz de Tenerife, María del Mar Sánchez Hierro, lo acaba de condenar a publicar íntegramente en la versión impresa y en la de Internet el escrito de rectificación de la concejala Ángela Mena, esposa de Rivero, y a pagar a aquella y a la otra demandante las costas judiciales. La juez no ha tenido en cuenta ni una sola de las alegaciones que el ilustre letrado del aún más ilustre independentista expuso a lo largo de la vista oral de este pasado lunes: ni la falta de legitimación de las demandantes, ni la nulidad de la carta de rectificación ni el famoso reportaje neutral, la lección estrella de nuestra loca academia de periodismo de esta semana. La magistrada, ateniéndose a los publicados designios de don Pepito, ha hecho buenos sus presagios: así, de este modo tan sandunguero, no va a ganar ni un puñetero pleito, ni civil, ni penal ni militar. Pero analicemos brevemente la sentencia, que tiene su enjundia.