La imagen fue obtenida este mismo lunes, 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, en una la calle Francisco Gourié, de Las Palmas de Gran Canaria, a escasos 50 metros, en cualquier dirección, de dos edificios de aparcamientos. El automóvil objeto de la acción del policía local es un Volkswagen New Beetle propiedad de la procuradora de los tribunales María del Carmen Benítez López, esposa del vicepresidente del Gobierno de Canarias y consumada experta en presentar en sede judicial recibos de chicha y nabos con los que justificar los alquileres insatisfechos de su paso por un chalet propiedad de un conocido empresario de la ciudad. El inicio de su manía de aparcar donde le da la gana la tenemos datada desde la segunda mitad de la década de los noventa, cuando su señor esposo de ella era alcalde de Las Palmas de Gran Canaria y no había una multa que prosperara, oiga. Su lugar preferido son las aceras colindantes con El Museo Canario, donde tiene su despacho la señora procuradora. No parece haber aprendido que los ciudadanos civilizados no aparcan en las paradas de guaguas y que, a mayor abundamiento, los familiares directos de los cargos públicos están obligados a ser más civilizados -si cabe- que el resto. Pero no hay manera.