Hay que ver cómo andan de crispados los ánimos, seguramente por Jiménez Losantos y Pedro Jota, todo el día tirando de mochilas, ácidos bóricos y guerras civiles, cuando no animando al personal a “acuchillar socialistas” hasta que devuelvan las vacas que Felipe González robó tras ganar las elecciones (“Por el Cambio”) en 1982. Esa crispación, seguramente, es el motivo por el que José Manuel Sorai fue increpado este viernes en su paseo por Triana. Un paseo que pretendía fuera triunfal pero que se tropezó con algún imprevisto. En la calle Constantino, por ejemplo, una señora le llamó de todo, menos bonito. Nada de chuletas (como las que él cuelga al candidato socialista), sino más bien chorizos, como los que la señora le endilgó al presidente del PP. Por cierto, honorable reacción la del candidato pepero, que mantuvo el tipo de una manera ciertamente flemática. A la par que elegante.