No hubo aportaciones escandalosamente novedosas en el debate que la noche de este domingo ofreció Televisión Canaria con los tres candidatos al Congreso por Las Palmas con representación obtenida en 2008: PP, PSOE y CC (ahora CC-NC). Similares mensajes a los lanzados por los líderes nacionales de los dos partidos mayoritarios, aderezados, como es también habitual, con los matices de canariedad y de exigencias que introdujo permanentemente el candidato de CC-NC, Pedro Quevedo. Un José Manuel Soria sin corbata volvió a demostrar que es el que mejor maneja el medio televisivo y el que mejor fija los mensajes que quiere fijar, unos más sostenibles con datos que otros. Y frente a él, un sorprendente Sebastián Franquis que, a medida que se calentaba el debate, sorprendía a propios y extraños utilizando técnicas que al menos nosotros desconocíamos que albergara en su repertorio dialéctico. Por momentos fue capaz de sacar a Soria de sus casillas, o al menos del diseño que se marcó para el debate, cuando de manera reiterada le atribuyó la responsabilidad del 30% de paro que sufre Canarias dada su trayectoria de casi cuatro años al frente de la Consejería de Economía y Hacienda. En el toma y daca y el reparto de responsabilidades obtuvo su cuota de beneficio Pedro Quevedo, del que deben ya empezar a sentirlo como candidato propio los críticos de CC.