Algo huele a desafecto en el PP canario, donde cada vez que se mira aparece alguna conmoción digna de estudio. Ya se sabe que allí lo mismo que se toca el cielo se cae a los infiernos sin que tercie más que un movimiento de cejas del caudillo y líder indiscutible. Defenestrados ilustres en el PP isleño han sido, por ejemplo, Paulino Montesdeoca, Víctor Jordán, Larry Álvarez, Ángel Llanos, María Australia Navarro, Pepa Luzardo, Miguel Cabrera Pérez-Camacho o Alfonso Soriano. Y dicen las malas lenguas que como no se porte bien, lo mismo entra Cristina Tavío en la alineación. Los sesudos analistas de la cosa pepera han llegado a tan terrible conclusión después de ver el feo que le hicieron a la presidenta insular de Tenerife, candidata a la alcaldía de Santa Cruz y al Parlamento, en el acto que Rajoy celebró este lunes en CajaCanarias con pequeños y medianos empresarios que no lograron llenar el salón de actos. La doña tenía previsto largarse su discursito, y de hecho lo llegó a repartir entre los presentes para que se lo llevaran puesto, pero no la dejaron ni hablar. Otra mudita en el PP canario, pero ésta conducida a la fuerza a tan desagradable condición.