Los primeros interesados en que no desaparezca la Televisión Canaria van a terminar siendo los directivos de Televisión Española. Sin la autonómica, TVE tendría muchas dificultades para estar a la altura de la canariedad mínimamente exigible a quien pretende presentarse como un servicio público pegado a la realidad archipielágica. El último botón de muestra lo tenemos en las retransmisiones de las festividades de las dos patronas de Canarias, la Virgen de Candelaria, en Tenerife, y la del Pino, en Gran Canaria. Televisión Española no ofreció a sus espectadores ni uno solo de los actos de La Candelaria al no alcanzar un acuerdo con la autonómica y no disponer de recursos suficientes para hacerlo por su cuenta. Sin embargo, la cadena estatal sí dará esta semana la romería y ofrenda a la patrona de Gran Canaria, lo que debería estar haciendo las delicias de los más señeros guardianes de las esencias tinerfeñistas. Pero, ¿por qué hay recursos para una retransmisión y no para la otra? Muy sencillo. Para La Candelaria, TVE pidió a Televisión Canaria la señal institucional de la romería, y la cadena autonómica contestó afirmativamente a cambio de que la estatal se comprometiera a correr con la producción de la festividad el año que viene y, en lo sucesivo, en años alternos. La Canaria retransmite cada año no solo la romería, sino también la luchada institucional, la ofrenda de la Guanchería y la misa principal. Y quería que el acuerdo contemplara todo ese paquete, pero ésa es mucha producción para TVE, que no aceptó la propuesta. En Teror, sin embargo, existe un acuerdo por el que la cadena que dirige en Canarias Carlos Taboada ofrecerá este año solo la romería, es decir, el desfile de autoridades, y dará la señal institucional a Televisión Canaria, que hará lo propio con la estatal el año que viene. TVE no retransmitirá el resto de actos del programa, que la autonómica sí ofrecerá por su cuenta, como la bajada de la virgen de su camerino, la ofrenda, la parada militar, la misa y la procesión del domingo. Que apunten los detractores de la autonómica.