Resulta curioso observar cómo don Pepito atribuye a decisiones judiciales politizadas toda la ristra de resoluciones adversas que continúa y continuará cosechando en los tribunales de Justicia como consecuencia directa de la manera que él y sus colaboradores tienen de enfrentarse a la cruda realidad. Son sentencias civiles y de momento tres instrucciones penales con peligro cierto de banquillo ganadas a pulso por consideraciones que él llama políticas y que consisten básicamente en llamar “maricón”, “tiñoso”, “godo”, “barragana”, “quícara” y un montón más de calificativos injuriosos a todos aquellos periodistas, políticos o jueces que sencillamente entran en el bestiario particular de este delirante propietario de medio de comunicación y de sus dos sanchopanzas de mesilla de noche y paño calado. Este martes, sin ir más lejos, Andrés Chaves se permitió llamar “mierdas” y “godos” a periodistas de otro periódico tinerfeño, o actuar con “comportamientos mafiosos” al presidente del Cabildo como consecuencia de la auditoría en la que aparecían pagos de fondo de reptiles al periodista y a su ex esposa. Esta pandilla de víctimas de lo que ellos llaman persecución política dedica gran parte de su intelecto a vejar y amedrentar también a las familias de sus supuestos verdugos, lo que también les ha conducido al banquillo. Por no mencionar el caso de los papeles de México, el montaje más burdo y mendaz hasta ahora conocido en Canarias y en el que estos tres tristes y acabados bufones de la ya decadente corte nivariense.