El cutrerío del aparcamiento de Gando llega a niveles bananeros, como el hecho de que los cajeros de cobro no admitan ni tarjetas de crédito ni billetes de más de 20 euros, cuando las cantidades a pagar suelen ser muy elevadas, a razón de más de diez euros por día. Y la gente allí aparca para ir de viaje. Si usted no lleva billetes pequeños, ha de dirigirse a la caja, que se encuentra en la salida superior. Allí haga cola y rece para que el único empleado que allí atiende no tenga que salir corriendo a atender un cajero que se ha averiado. Porque en ese momento deja en la cola cuatro coches, cierra la ventanilla y se echa literalmente a correr. Ni que decir tiene que el tiempo que usted espera a que el muchacho vuelva lo abona de su bolsillo. Y luego, rianga, a lavar el coche.