''Un día decidí que ya estaba bien de tanto dibujar''
Manolo González es un escultor canario que cuenta con más de 22 años dedicados profesionalmente al mundo del arte. Participó a finales de 2009 en la séptima edición de la Bienal de Florencia junto a otros 87 escultores obteniendo la medalla de Plata como reconocimiento a su obra Prometeo. La Autocreación.
“Fui porque me lo sugirió un artista dominicano que trabaja, como yo, en la Galería Saro León”, en Las Palmas de Gran Canaria. “Insistió en lo interesante que estaba la Bienal de Florencia, que se ha ido consolidando en el tiempo. Además, es cada vez más requerida por artistas de todas las partes del mundo”, explica González.
Para el escultor canario, la medalla de Plata no ha sido un reconocimiento cualquiera, “emocionalmente supone mucho, llevo 5 años seguidos yendo a Florencia y un día decidí que ya estaba bien de tanto dibujar las láminas que encontraba, porque voy todos los años a dibujar. Allí están todos los grandes escultores del Renacimiento y mi obra por muy moderna que sea debido a la tela metálica, sigue siendo de espíritu renacentista, es decir, la escultura en el terreno del Humanismo Renacentista, por eso yo hablo de que Prometeo es un proyecto muy ateo y muy humanista. Viene de Dios, pero por los hombres y para los hombres”.
González, tenía un gran empeño por exponer en Florencia “sabiendo que precisamente no es el paradigma de la contemporaneidad, por ello es una satisfacción personal e íntima, estoy muy contento. Profesionalmente dependerá de mi capacidad para instrumentalizarlo en mi curriculum”, añade.
La Bienal de Florencia es un evento que se celebra cada dos años en Italia y que congrega a artistas de 5 disciplinas distintas, compitiendo principalmente por el reconocimiento que supone dicha celebración a nivel internacional. En esta ocasión, y “debido a la crisis” han sido unos 700 los creadores que han llevado sus obras, aunque en años anteriores han llegado a exponer hasta 800 artistas.
A pesar de que esta última edición de la Bienal tuvo lugar entre el pasado 5 de noviembre y 13 de noviembre, Manolo González aún sigue celebrando este logro, que sin duda, le permitirá una mayor proyección exterior a la hora de dar a conocer sus obras. Por el momento, está manteniendo contactos con una fundación de Valencia con la intención de terminar el proyecto Prometeo, pero “ahora sólo estamos al principio y por eso no quiero hablar de ello, hasta que no estén firmados todos los papeles”, detalla.
“Esta obra es la primera pieza de un proyecto al que yo he llamado Prometeo. La Autocreación”, que guarda gran relación con la mitología griega, ya que Prometeo era el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, darlo a los humanos para su uso y ser castigado por este motivo.
Cuando González tomó la decisión de llevar su obra a la Bienal de Florencia, él mismo se encargó de la gestión de sus gastos, tanto de la inscripción como del viaje. Por otra parte, el Gobierno de Canarias, por medio de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, “se encargó del traslado de la obra a través de Canarias Crea” que es un programa dirigido a los creadores canarios cuyo objetivo es fomentar y difundir la producción cultural fuera del archipiélago tratando de superar las barreras de la insularidad, así como romper con el aislamiento de la cultura local.
Escaso reconocimiento oficial
“A nivel oficial, únicamente se ha dirigido a mi el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, a través de una llamada de teléfono y también la alcaldesa de Artenara, felicitándome mediante un escrito”.
Sin embargo, esto no supone un problema para el artista canario, que asegura que no se puede quejar, “a mí se me quiere aquí, llevo 22 años trabajando y por tanto no hay que alarmar demasiado”.
Proyección exterior
Por el momento, Manolo González permanecerá en Gran Canaria y su escultura junto a él, “lo del tema de Valencia se trabajará. Pero lo que tengo claro es que si me proponen llevar la obra aquí o allá, prefiero allá porque los plazos de uno, son los que son. Además, lo que hacemos aquí, se queda y no tiene difusión fuera”.
El Gobierno de Canarias le financió el transporte de la obra, “pero la iniciativa es mía y por eso yo me pago la inscripción y los gastos del viaje. No estoy de acuerdo con una subvención absoluta al 100%. Me parece muy bien que las instituciones faciliten y salven el handicap que tenemos por la distancia y estoy satisfecho con la ayuda que me han brindado a la hora de desplazar mi obra, pero lo que no espero es a que vengan a llamarme por teléfono de ninguna institución pública o privada para resolverme la vida a mí”.
González tiene la sensación únicamente de que falta una política clara de permanente difusión de la obra canaria, comenta que “hay proyectos pero no hay una política con unos criterios claros a la hora de estar moviendo la obra. Eso sí, lo que tengo muy claro es que lo público no tiene que salvar mi carrera, tengo que ser yo”.