José Sacristán vuelve al Quijote
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
José Sacristán se reencuentra con el Quijote, tras su interpretación en el aplaudido musical que invadió la Gran Vía madrileña a finales de los años 90, en un espectáculo cuya dramaturgia firma ahora José Ramón Fernández y que presenta el lado más humano y justo de este personaje.
El Teatro Español de Madrid acoge este montaje, 'Yo soy don Quijote de la Mancha', del 14 de noviembre al 9 de diciembre, dirigido por Luis Bermejo y que llega a la capital después de su estreno en el pasado Festival de Teatro Clásico de Almagro y de su gira por diversas ciudades españolas.
Asimismo, y como ha recordado el actor, será la primera vez que actúe en este emblemático escenario al ya acudía de “oyente” en los años 50 cuando Carlos Lemos interpretaba 'Un soñador para un pueblo'. “Me he quitado esa espina que llevaba clavada”, ha confesado.
José Sacristán ha ensalzado la belleza y hondura de este nuevo trabajo escénico que “rescata el referente moral y ético que es este individuo quien, antes que estar loco, se enfrenta a cualquier riesgo con tal de defender unos principios”, ha explicado.
El actor considera que, sin ánimo de dar lecciones, “está implícito en este personaje una especie de aproximación a la forma ideal de entender la relación con el mundo y los demás”. “Esto es un juego”, ha declarado Sacristán abundando en su “satisfacción” por trabajar en esta “aventura” con “gente joven que arriesga y se divierte” y por estar ocupado en algo “que puede ser de alguna utilidad a quien lo vea”.
“QUIJOTE POR ASPIRACIÓN”
Sacristán no ha dudado en asegurar que es Quijote “por aspiración”, incluso moral. “No hay antagonismo entre Quijote y Sancho. Desde esta obligación de entender y amar a Sancho hago mío este Quijote”, ha declarado elogiando el “acierto” de José Ramón Fernández de dar protagonismo a Sanchica, la hija de su compañero de aventuras, interpretada por Almudena Ramos.
Por su parte, José Ramón Fernández ha resaltado la visión del mundo de este Quijote, “especial porque desea hacer el bien y que la justicia sea justa”. “Hemos intentado que este mito que todos tenemos en la cabeza siga formando parte de nuestra vida y nuestros sentimientos a través de los actores”, añade.
El dramaturgo ha explicado también que ha querido “conservar muchas palabras y frases” del Quijote de Cervantes. “Es un texto tan lleno de tesoros que la mayor dificultad es lo que lloras tachando”, ha reconocido. En este montaje se conservan así algunos pasajes bien conocidos por el gran público y, también, se juega con él a descubrir qué cosas son del original y cuáles no.
“Picar al espectador a volver al texto original era muy apetecible”, asegura añadiendo que el objetivo era construir “un Quijote esencial, volver a lo que teníamos metido en el alma”.
Año y medio “intenso” de trabajo con el texto ha llevado al equipo la puesta en pie de este espectáculo que destila, a la vez, “mucho humor”, como ha señalado Luis Bermejo para quien el Quijote “no ha perdido el juicio sino que vive con intensidad lo que otros experimentamos débilmente”.
Para el actor Fernando Soto (Sancho), este montaje abunda en el tema de “la bondad” en estos “tiempos tan sucios en los que parece que sólo se ven cosas malas”.
Su compañera Almudena Ramos ha añadido la incidencia del espectáculo sobre la idea de “lucha” del personaje central y sobre el “quijotismo, ese espíritu que potencialmente está en todos y que se desarrolla o no”.
PERSONAJES UNIVERSALES
A este respecto tanto José Sacristán como José Ramón Fernández han reconocido que, en nuestro mundo, afortunadamente, aún quedan “Quijotes”. “Frente a lo peor que surge con la crisis aparecen actitudes y gestos de esta especie a la que pertenecemos. Sería para volar el planeta si ya no hubiera personas capaces de defender sus principios”, ha afirmado el veterano actor.
Para Fernández, también ahora, “en determinadas circunstancias algunos sacan lo mejor, y en este texto se habla de eso”. Estos son “personajes universales, pero mucho más ricos y rabiosamente humanos”, ha asegurado.