Llega 'Viola on Vídeo', primera biografía del artista audiovisual
El periodista Federico Utrera esboza la figura de Bill Viola en la primera biografía del artista, reconocido por la crítica como un autor capital en el mundo del videoarte, a través de cintas de “belleza auditiva y visual notable, resonancia poética y virtuosismo técnico”.
Nacido en Nueva York en 1951, Bill Viola utiliza su propia experiencia como elemento indispensable de su obra, a la manera del Marcel Proust, casi de forma solipsista. Así, el autor busca su intención poética y sus cualidades personales en sus vivencias, con la idea de que la obra de un artista es siempre el reflejo de su existencia.
En Viola on Vídeo, Federico Utrera analiza este y otros aspectos de su visión artística, sin olvidarse de los primeros fracasos del autor, cuya obra era y es difícil de 'digerir' para los puristas: hasta los 36 años no vendió su primera pieza, celebró su primera exposición a los 41 y, cuando nació su primer hijo, ni siquiera tenía dinero para comprar toallas.
“Yo fui medio obligado a una exposición de Viola en 2005, en la calle Serrano [Madrid], y de allí me tuvieron que sacar con tenazas. No quería estar allí. En ARCO, aquel año, ya había preguntado por el precio un Viola, que entonces era irrisorio. Llegué a la muestra con un gran escepticismo y me quedé totalmente petrificado”, asegura Utrera en la presentación.
Desde entonces, el periodista busca las razones de su “conmoción”, cómo era posible que estuviera fascinado por una obra que, a priori, carecía de interés para él. “Quería saber que me había conmovido tanto de estas obras. ¿Por qué el vídeo?, si yo iba cerrado en banda. A través del estudio, también podía conocerme a mí mismo”, señala el autor.
Datos y anotaciones
A través de 443 páginas de argumentos, datos y anotaciones, Federico Utrera desentraña a un artista fuertemente influenciado por los pintores clásicos, capaz de articular su discurso en un medio heterodoxo aunando características de otras artes.
Y así lo refleja el director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, durante la presentación. “Bill Viola no resulta del todo ortodoxo para una mirada identificada con los posicionamientos clásicos de la modernidad”, subraya.
“Él se mete en terrenos heterodoxos”, concluye, “también en la ópera, en la gran escenografía de la obra total. Mantiene una posición muy singular en su medio, el videoarte. Es muy difícil que a un artista se le relacione totalmente con un medio. En pintura, antes de Picasso estuvo Tiziano, Velázquez y tanta gente... En cambio, Viola llega a un medio que no ha inventado, y ahora, a los ojos de la gente, él es el vídeo”.