LPGC brilla en mitad del océano

Como la marea. Cientos de personas se congregaron este viernes en los alrededores del Auditorio Alfredo Kraus para atender a las actuaciones de los cerca de 500 de artistas que representaron la performance Una luz en el océano. Iban y venían, como la marea, invadiendo gran parte del paseo de las Canteras y llenando la Plaza de la Música, como si el mar se hubiese tragado ese trozo de tierra.

Las voces de 20 corales elevándose desde las profundidades de la tierra y despertando, con la melodía de Signore delle cime de Giuseppe de Marzi, Una luz en el océano. Ese fue el arranque del montaje con el que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha querido rendir homenaje a la ciudad con motivo de la candidatura a Capital Europea de la Cultura para el 2016. Continuó con la actuación de un grupo de percusionistas africanos y bailarines parkour que trasladó de escena al público procesionario que seguía a los buscadores de musas, aterrizados el pasado jueves.

A partir de ahí, curiosos y entregados paseaban por la zona de un lugar a otro, buscando como en un supermercado del arte el espectáculo que más se ajustaba a sus gustos y necesidades.

Pero también hubo quien aprovechó el evento organizado por el Consistorio para protestar por el modelo de cultura que la administración apoya. Un grupo de artistas canarios se plantó allí con varias pancartas para recordar lo que, a su juicio, el Ayuntamiento ha decuidado: “Ojalá la cultura no fuese un lujo, ojalá las leyes no coartasen a los artistas de calle, ojalá 1.700 alumnos no se queden sin profesores de música” (el Ayuntamiento debe dos sueldos a los maestros de la Escuela Municipal de Música), reivindicaban en las papeletas que repartían entre los asistentes al evento. “Esto es solo maquillaje para la ciudad”, se quejaban, “¿Las Palmas de Gran Canaria, Capital Cultural 2016?”.

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