La obra de acceso a un colegio público de Tamaraceite pondrá fin a partir de mayo a las colas de la carretera vieja de Teror
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria prevé que en mayo culminen las obras de entrada al Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Ciudad del Campo de Tamaraceite, que aliviará el tráfico que se forma a primera hora de la mañana y cuando el timbre anuncia el fin de la jornada lectiva, en la rotonda GC-3 que da acceso al barrio de Piletas y enlaza con la carretera de Teror.
La falta de aparcamiento provoca que cada día se formen largos atascos en un tramo de la carretera vieja de Teror - que lleva tanto al Ciudad del Campo, como al aledaño colegio Claret - lo que afecta en cierto modo a la circulación de la rotonda, que supone el enlace directo entre el municipio capitalino y la villa mariana.
Según se desprende del proyecto, al que ha tenido acceso Canarias Ahora, las obras cuentan con un plazo de ejecución de seis meses y un presupuesto material de 790.000 euros, cuya licitación asciende a los 940.600 euros.
Casi un millón de euros que se han destinado a construir un aparcamiento en el terraplén en el terreno que se encuentra entre la rotonda y el CEIP Ciudad del Campo, ordenar el tráfico y dotar al centro de un acceso peatonal desde los barrios de La Suerte y Piletas.
El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento capitalino, Javier Doreste, explica que los trabajos van a suponer una mejora para la accesibilidad de los estudiantes. “Eso era un barrizal, se hizo en su momento un caminito de cemento para que los niños pasaran, que se hundió, así que lo hemos asfaltado, organizado y puesto muros de contención para que sea seguro”, recuerda.
La solución planteada por el Ayuntamiento plantea, además, que la antigua carretera de Teror - que parte de Tamaraceite y bordea a ambos centros - sea de sentido único y desemboque en la rotonda. Para conseguir esto, se ha habilitado una nueva salida a esta vía justo antes de la parada de guaguas que se encuentra en el lugar.
Durante el desarrollo de los trabajos, que comenzaron en octubre de 2016, fue necesario dotar a los nuevos viales de alumbrado público, recogida de pluviales y el desvío de redes de baja tensión y de telefonía que se veían afectadas por la obra.
No es la solución al tráfico de la rotonda
Doreste advierte de que la incidencia en la rotonda de los vehículos que acuden a dejar a los menores en los colegios es menor y que la nueva obra solo aliviará el tráfico de la misma, pero no resolverá las aglomeraciones. “Eso es un problema que hemos planteado al Gobierno autónomo que tiene que solucionar”, apostilla.
Al respecto, indica que “supone un desahogo en el sentido de que los padres que llevaban a sus niños al colegio público tienen un área de estacionamiento en el que puedan bajarse con seguridad, entonces quitas esos coches que se estaban parando a los lados de la carretera”.
El problema de la rotonda, explica, es que recoge todo el tráfico proveniente de Teror y se complica con la salida de San Lorenzo. El concejal señala el compromiso del vicepresidente regional y consejero del área en la Administración regional, Pablo Rodríguez, de conseguir fondos con cargo al Convenio de Carreteras con el Estado.
Doreste es consciente de que no existe “mucho espacio para actuar” en la zona, pero cree que la variante de Piletas que conecta con San Lorenzo debería de alcanzar la autovía de forma directa, para que no interfiriera con el tráfico de los vecinos de esta última localidad con Tamaraceite.
La segunda fase del acondicionamiento de los barrios de La Suerte y Piletas, cuyo proyecto no está redactado todavía, supone que se pueda ir caminando desde la estación de guaguas ubicada en La Cruz del Ovejero hasta el colegio “de forma segura”.
“Es la carretera antigua de Teror, el tramo que va entre la rotonda de Piletas y La Cruz del Ovejero, que es donde está la estación de guaguas de Tamaraceite”, indica. Dicha vía pertenece al Cabildo de Gran Canaria, por lo que “esperamos que nos la cedan para poder urbanizarla”.
