150.000 canarios, atrapados por la 'cláusula suelo' de sus hipotecas
Entre 120.000 y 150.000 familias canarias acabaron 2009 igual de angustiadas que han comenzado 2010: atrapadas por una cláusula suelo que no leyeron en la letra chica de sus contratos hipotecarios, y que impide que las hipotecas les bajen pese a que el Euríbor lo haga. Si usted tiene una cláusula suelo que marca un límite del 3%, de cara a su contrato da igual que el Euríbor esté, como en la actualidad, al 1,28, porque lo pagará al 3%.
Esta práctica denunciada por la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (AUSBANC), es nula por ser abusiva, pese a que figure en el contrato. La asociación logró que el 23 de septiembre pasado, el Senado aprobase por unanimidad instar al Banco de España a elaborar en tres meses un informe sobre esas disposiciones contractuales, como paso previo a su prohibición por parte del Gobierno. Ya se ha cumplido el plazo pero no hay informe que conlleve su posterior tramitación, mientras las familias afectadas siguen pagando incluso el doble de lo que les corresponde.
El problema afecta a quienes tienen la hipoteca a un interés variable, hipotecas que han quedado “encajonadas” y en la que las bajadas de los tipos de interés, sencillamente, han pasado de largo.
Según Jerónimo Barrera, delegado en Canarias de AUSBANC, “con esta cláusula, una hipoteca de tipo variable pierde el significado. Lo pierde el variable. ¿Por qué? Porque no hay límite por abajo, lo que beneficia a las entidades financieras y perjudica a los consumidores. Hay entidades que mantienen la cláusula suelo hasta en un 4%. Son muchas las familias que han perdido su vivienda, empresas que se han arruinado, porque no podían pagar la cuota de la hipoteca cuando, sin esa cláusula, sí la hubieran pagado, porque supondría la mitad de deuda. Y todavía hoy se hacen contratos con esa cláusula ilegal”.
La mayoría de los bancos aplican la cláusula suelo, lo que no significa que todas las hipotecas se vean perjudicadas. La lista es larga: Caja de Canarias, BBVA, Caja March, Caja Sur, La Caixa, Caja de Catalunya, Unicaja? Los notarios también tienen su parte de culpa, según AUSBANC, porque “su deber sagrado es leer la escritura que el prestatario ha de firmar, ya que debe saber qué está firmando, y no lo hacen”, dice Barrera. La eliminación de la cláusula no es tan sencilla porque perjudica a las arcas bancarias. Desde el Gobierno se teme que implique incluso el cierre de entidades financieras.
Redondeos ilegales
No es el único abuso de las bancas y cajas. 2010 sigue como 2009 en lo que se refiere al redondeo al alza en los redondeos en las hipotecas, que siguen aplicando algunas entidades bancarias pese a haber sido condenadas por el Tribunal Supremo por esta práctica, como es el caso de Caixa Catalunya.
El cobro de comisiones y de intereses se ha convertido en la puerta de escape de bancos y cajas para abonar el dinero que deben a otros bancos. Es el sistema financiero por el que nos regimos.“Los bancos se financiaban de bancos externos, con los que se han endeudado. Qué ha sucedido, y qué explica en parte la recesión: que gran parte del crecimiento económico estaba siendo financiado con ahorro externo a España y, a su vez eso ocurría en todos los países. Significa que los bancos a su vez tienen deudas, por ejemplo, con el Banco de Japón, al que los otros bancos pidieron liquidez, y nosotros, los consumidores, tenemos deudas a su vez con los bancos. Es decir, que los bancos adquirieron deudas con un tercero y eso tuvo su efecto sobre el euribor, que creció porque todo el mundo quería financiación para financiar a su vez sus operaciones externas. Se paralizó todo, los consumidores comenzaron a no pagar aquello que los bancos tenían referido, no tanto en España, es decir, el índice de morosidad no estaba siendo muy alto. Lo que ocurre es que el principal sector, con mayor incremento en empleo, que es el sector de la construcción, se paralizó. La gente dejó de comprar viviendas y de ahí este desmoronamiento”.
España está endeuda con bancos exteriores en 79.000 millones de euros, que de una forma u otra, hay que recuperar, y una buena herramienta para ello son el cobro de comisiones por cobrar un talón, por hacer una transferencia y lo más sangrante, por un descubierto en la cuenta que supone un aviso (por el que se cobra hasta 30 euros), a lo que se suma el descubierto (otro tanto) más la deuda que se debe satisfacer. Es también una práctica denunciable por abusiva, según AUSBANC, que ha logrado que el Banco de Santander sea condenado a reembolsar los avisos cobrados. Pero para ello hay que denunciarlos.
Tarjetas: mejor decir no
En la actualidad se puede pagar por una tarjeta a crédito una cuota mensual de 107 euros y amortizar sólo 30 de capital. Son intereses que se imponen, por ejemplo, en Citibank y Barclays. Ausbanc considera a las tarjetas de crédito “una práctica siniestra” por el cobro abusivo de comisiones. “Cuando se compra un objeto por 100 euros, el consumidor debe saber que al pagarlo con tarjeta supondrá 130 o 140 euros. Una tarjeta de crédito, sin usarla, ya supone un gasto de unos 100 euros al año sólo por haberla aceptado, y si tiras del crédito, siempre te quedas endeudado. Las tarjetas de crédito han sido el gran empeño de la banca que hasta anteayer las repartía a diestro y siniestro. Y desde la Asociación las vemos como algo siniestro. Es una tentación que tienes en el bolsillo, dices ”ya lo pagaré“, pero no, debes saber qué pagas. Yo le digo a la gente que no tire de tarjeta, que use solo las de débito. Y saber qué se puede gastar. No hay por qué aparentar, hay que saber administrarse”, insiste Barrera.
Lo peor es el cobro de comisiones por tarjeta de débito, es decir, por gastar el dinero que se tiene en la cuenta corriente, lo que también es denunciable.
Con todo, pese a la cláusula suelo denunciable (AUSBANC anima a denunciarla gratis en www.ausbanc.com ) y las comisiones abusivas de los bancos, los analistas financieros aseguran que se vuelve a “la normalidad”, a aquellos tiempos de 1985 o 1990, cuando los bancos sólo daban un 80 por ciento de crédito por valor tasado de la vivienda y con avales que los respaldaran.
“Ahora nos parece un problema que las entidades financieras limiten el crédito, pero es lo que tienen que hacer. Lo normal es que, cuando se establece un cobro, se busque una seguridad para ese cobro. Lo ilógico era lo que se ha hecho en los últimos años porque se han asumido riesgos altísimos: a personas con contratos temporales les daban hipotecas a 40 años. Hay algo que el sector no veía por más que se le anunciaba y era que la rotación inmobiliaria se establecía en la duración media de las hipotecas. Con tipos de interés al 12 y 14%, la duración media estaba en 10 o 15 años. Ahora la rotación está entre 25 y 40 años, en los que el coste mensual es menor, pero solo aparentemente, porque el horizonte de pago es mayor. ¿Qué significa?, que la rotación ahora es menor. Antes se tenían hasta tres viviendas por ciclo de vida y ahora solo una, y eso el mercado lo siente”, asegura José Miguel González.