Grecia no logra limar diferencias con los representantes de la troika

ATENAS (Reuters/EP)

Grecia ha reconocido la existencia de dificultades para convencer a sus acreedores extranjeros de que acepten un plan para ahorrar cerca de 12.000 millones de euros en los próximos dos años, clave para desbloquear la entrega del siguiente tramo del rescate que el país necesita para no caer en la bancarrota.

La esperanza de que Grecia, actualmente en su quinto año de recesión, pueda recibir una aprobación rápida a su plan de ahorro se frustró cuando los inspectores de la troika rechazaron este domingo parte de la iniciativa presentada por el Gobierno de Antonis Samaras.

El lunes, durante una segunda ronda de conversaciones, tampoco pareció haber muchos avances en el diálogo que sostuvieron el primer ministro griego y los inspectores de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

“Es una discusión difícil”, dijo el ministro de Finanzas, Yannis Stournaras, en declaraciones a la prensa tras el encuentro. “Estamos intentando convencerlos de la solidez de nuestras posiciones”, agregó.

Los funcionarios de la troika rechazaron algunas de las medidas propuestas para reducir los gastos del sector público y pidieron un plan más audaz para recortar el número de empleados públicos, dijo un alto funcionario griego.

“Ellos insisten en rechazar las medidas que hacen referencia a la reestructuración del Estado. Nosotros insistimos en que las acepten”, dijo el funcionario.

Reducir empleos públicos es un tema muy sensible en Grecia, donde la Constitución prohíbe el despido de servidores estatales.

Cualquier endurecimiento del plan de austeridad podría generar tensiones en el seno de la coalición de Gobierno. Los partidos aliados de Samaras ya han advertido a la troika que no presionen para implementar más ajustes.

“Nuestros socios europeos deben darse cuenta de que el pueblo griego no puede soportar más”, dijo el líder de la izquierda moderada Fotis Kouvelis, tras reunirse con Samaras el domingo.

En una muestra de la profundidad de los problemas económicos, la producción industrial cayó un 5% anual en julio y todos los datos apuntan a que la economía de Grecia se contraerá este año por quinto ejercicio consecutivo, lo que se convertiría en la peor recesión en el país heleno desde la posguerra.

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