Juicio al interés (oculto) del euríbor
¿Y si el euríbor es un engaño? La duda tiene su fundamento, olería a humo virtual por los malos tiempos que corren para la banca, pero un juzgado catalán ha sido el primero en admitir una oposición a una ejecución hipotecaría fundada justo en esa teoría: los datos que dan los bancos cada día a una agencia de información privada para calcular el valor de este tipo de interés son tan secretos que conculcarían, por eso mismo, la ley española. Y de tan ocultos que están pueden ser falsos.
La cita para saber si el planteamiento tiene sustento jurídico será esta semana en un juzgado de Barcelona. El próximo viernes se celebra la vista por el impago de una hipoteca cuya oposición por parte del afectado se ha centrado en un modelo de acción judicial ideado por activistas del movimiento 15-M. El abogado Juan Moreno y el investigador Francisco Jurado, integrados en #OpEuribor, mantienen que tanto secretismo en el cálculo del índice de este tipo de interés solo puede ocultar un fraude, y por eso invitan a utilizar este argumento en las oposiciones a las ejecuciones, para dejar en manos de los jueces lo que su larga investigación no ha logrado: verificar la fuente original de los datos que dan los bancos para elaborar el índice diario.
La duda razonable surgió, precisamente, al analizar hace ya año y medio el caso de un afectado por una ejecución hipotecaría. Si el interés a pagar por el hipotecado lo marca, principalmente, el mercado de préstamos que se hacen los bancos entre ellos mismos, y desde hace ya casi un año ese interbancario está cerrado porque los bancos no se prestan ni un euro, ¿cómo es posible que el euríbor, índice de ese tipo de interés con los datos de los 44 principales bancos europeos, no sea cero? Si el interbancario está cerrado, por lógica, su índice no debe estar, como este noviembre, al 0,595%, sino ser nulo totalmente. Lo que lleva a sospechar que el euríbor se mantiene artificialmente por encima de cero -aunque se acerque cada día más- desde hace dos o tres años, cuando empezó su constante pero lenta bajada desde el pico histórico del 5% en 2008.
“Nos estamos mordiendo las uñas esperando conocer la visión del juez”, explica Francisco Jurado Gilabert a CANARIASAHORA, consciente de que “si la oposición sale adelante y el juez decide una revisión de los intereses de esa hipoteca impagada, las consecuencias reales podrían causar un terremoto”, debido a la gran cantidad de negocios y hasta tarifas que se cierran fijando al euríbor como referencia para el cobro de intereses, y no solo en las hipotecas para adquirir viviendas. “En materia de contratos entre dos partes, y más aún cuando una de ellas está en situación de debilidad como es el caso de un consumidor de préstamos bancarios, la legislación española obliga a la máxima transparencia y eso no se está cumpliendo con el euríbor”, plantea este investigador de la universidad sevillana Pablo de Olavide.
Del ocultamiento de la receta del euríbor pueden dar fe documentada en #OpEuribor. Su web ofrece todos los pasos que dieron desde mayo de 2011 para solicitar, de abajo a arriba, la fórmula concreta con que se calcularon los intereses del préstamo de su cliente hipotecado. Primero la caja de ahorros, después el Banco de España, más tarde la Federación Bancaria Europea y finalmente la agencia privada a la que esta le encarga el cálculo, Thomson Reuters, se pasaron la pelota de una a otra hasta informar vaguedades sin entrar en el detalle solicitado: las operaciones bancarias concretas de todos los días de mercado entre 2008 y 2011 donde aparecían las cifras del interés al que se prestaron el dinero entre bancos, para de ahí extraer el euríbor diario cada día a las 11:00 CET. Ni la Comisión Europea quiso informar del asunto.
Y es que, en puridad, el planteamiento de estos activistas dejaría a los bancos en una posición delicada, al estar cobrando intereses ilegales a millones de hipotecados desde hace años, con lo que se abrirían también otras vias judiciales inimaginables ahora mismo. Bajo esta premisa sentada ahora en el banquillo de un juzgado barcelonés, el banco tendría solo derecho a cobrar el interés pactado (euribor más un diferencial concreto), pero si el euríbor es cero, sólo podría cargar al hipotecado el diferencial y no la suma de este más el índice que marcara el euríbor en los últimos años: en julio de 2011 estaba al 2,0183 y ahora ha caído al 0,595%, pero el mercado interbancario casi no ha existido, por lo que esas cifras se suponen ficticias durante un largo periodo atrás. Incluso hay días sospechosos que repite cifra exacta de tres decimales.
“Desde que estalló la crisis [2008] el interbancario europeo está cerrado, seco, por tanto los datos entre bancos para calcular el euríbor no existen, porque los bancos se financian del Banco Central Europeo o del capital de los Estados”, recuerda Jurado Gilabert sobre la situación financiera de las entidades de crédito. “Es lógico concluir que el euríbor se ha estado fijando mediante una media de las ofertas que se hacían en teoría los bancos, pero sin que hubiera operación real alguna”. La hipótesis a la que no quiere responder la otra parte contratante, desde la caja prestamista hasta la federación bancaria europea, pasando por el Banco de España que se limita a publicar sin verificar el dato del euríbor como antes del euro sí hacía con el mibor español, es la que pretenden resuelva el magistrado con una orden de revisión de intereses.
La ley española determina que en materia de contratos, cuando ambas partes (banco y cliente) deciden someterse al vaivén del mercado mediante la suerte que depare la oferta y la demanda estableciendo un tipo de interés variable, este debe asegurar que su valor sea aleatorio y neutral, no estando sometido al control ni a la influencia siquiera indirecta de una de las partes, en este caso, el banco, por su profesionalidad y dedicación exclusiva al sector financiero más que el mero cliente hipotecado, del que se supone pocos o nulos conocimientos en la materia. Al no ofrecer datos de cómo calculan el euríbor en un mercado inexistente, la sospecha de que dan un valor manipulado dejaría la obligación de aleatoriedad del tipo de interés variable en entredicho.
Además, el hecho de que el consumidor no tenga acceso a las fórmulas que fijan los bancos para el cálculo de los intereses a pagar por el dinero prestado -cómo se valora el euríbor- se plantea también como una cláusula secreta, de la que no tiene ni conocimiento ni acceso a la información original el cliente, por lo que podría suponer la nulidad del contrato de préstamo suscrito. “Estamos expectantes, la verdad es que solo tenemos conocimiento de que se haya admitido a trámite una oposición de este tipo con nuestros argumentos, por lo que llevamos un 100% de eficacia, pero queremos que más abogados se sumen y utilicen nuestro modelo”, invita Jurado Gilabert a los letrados de afectados por las ejecuciones hipotecarias ante esta vía inexplorada.