Revitalizar el sector primario y huir del turismo masivo, las claves de la recuperación económica según el ecologismo canario

Imagen de archivo de turistas en el sur de Gran Canaria

Natalia G. Vargas

Las Palmas de Gran Canaria —

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La crisis provocada por la COVID-19 ha evidenciado la “insostenibilidad del modelo civilizatorio actual”, según el último informe publicado por Ben Magec-Ecologistas en Acción: Canarias ante la encrucijada: Propuestas Ecosociales para dar respuesta a la crisis del coronavirus. “Estos últimos meses marcados por la pandemia, la sociedad canaria ha descubierto de forma dramática su fragilidad económica y su vulnerabilidad social” como consecuencia de la apuesta del Archipiélago por un modelo “cortoplacista” dependiente del turismo de masas y de la importación de buena parte de los productos que consumimos.

Las propuestas de la federación ecologista para reconstruir la economía en Canarias pasa por la “desturistificación”, la diversificación que impulse sectores productivos locales y sostenibles, la transición energética renovable, el fomento de una sociedad de cuidado mutuo y de una educación de calidad en todas las Islas.

Revitalizar el mundo agrario y rural

Apostar por la agricultura ecológica contribuiría, según Ben Magec, a mejorar las condiciones del suelo evitando la desertificación, que amenaza a un 83% del suelo canario. También pondría fin a la dependencia de “altos insumos energéticos que ahora son necesarios para abastecer el mercado canario”, además de garantizar soberanía y seguridad alimentaria. El sector primario en Canarias representa un 1,2% del PIB y emplea a un 2,5% de la población. Un porcentaje ínfimo frente al 86,4% dedicado a los servicios, que supone un 75,8% del PIB.

Desturistificación de la economía

Las Islas recibieron en 2019 más de 13 millones de turistas, de acuerdo con las cifras aportadas por la asociación ecologista. Este dato se traduce en un beneficio de más de 16.000 millones de euros. Esto se extiende a las ciudades, a los barrios, a los pueblos, a los hogares, a las zonas rurales, a los espacios naturales, las montañas y “transforma todo en mercancía turística”.

Ben Magec señala que este fenómeno es preocupante desde el punto de vista social ya que, pese a los beneficios de este sector, Canarias encabeza las estadísticas de paro y se sitúa a la cola del gasto social por habitante. Desde la perspectiva medioambiental, el Archipiélago es la comunidad autónoma más destruida, perdiendo el 41% de la vegetación costera.

En esta línea, la Federación apuesta por reconducir el gasto público hacia las políticas sociales y los cuidados, por implementar medidas para frenar el alquiler vacacional que repercute en el incremento del precio de las viviendas. “La biodiversidad natural y cultural afectados por la masificación de esta industria necesita de medios de vigilancia en zonas naturales, terrestres y marinas para velar por su conversación”.

Ordenación del territorio

Las administraciones públicas “han convertido el territorio en la materia prima necesaria que mantenga la construcción inmobiliaria y de infraestructuras”, critica la Federación, poniendo como ejemplo la Ley del Suelo de Canarias impulsada por el gobierno de Fernando Clavijo (CC). Ben Magec-Ecologistas en Acción insisten en que la protección ambiental debe prevalecer siempre sobre la ordenación urbanística, y esta última debe realizarse teniendo en cuenta la situación de vulnerabilidad ecológica en la que se encuentra el Archipiélago. “Cualquier planificación o decisión que afecte a la conservación del medioambiente deberán ser pospuestas cuando no se conozcan con suficiente detalle sus consecuencias en cuanto a posibles daños irreversibles”.

Movilidad sostenible

Favorecer el uso del transporte público frente al vehículo privado aliviaría el tráfico de las Islas y, en consecuencia, la contaminación del aire derivada de esta actividad. Para ello, el Ejecutivo “debe diseñar un Plan Estratégico de Movilidad Insular que persiga cubrir las distintas necesidades de desplazamiento de los residentes, dotar de financiación suficiente al transporte colectivo, reducir sus costes y favorecer el uso interurbano de movilidad sostenible, mediante el diseño de carriles bici, entre otras fórmulas.

Nuevo modelo energético

Un modelo energético limpio, renovable y descentralizado, adaptado a las necesidades de cada Isla y que incluya la participación de la ciudadanía. “Canarias tiene las condiciones perfectas”. Este cambio no debe ser “una mera sustitución de tecnología fósil por renovable, sino que incentive la alfabetización energética, la producción distribuida y el autoconsumo”. Ben Magec aboga por hacer que la ciudadanía sea la dueña y gestora de su propia energía limpia, controlando la titularidad de las plantas y parques de generación. Con este propósito, deben también reducirse “los absurdos recorridos que realizan las mercancías que pueden producirse localmente”.

Gestión sostenible de los residuos

Un 82% de vertido y un 17% de reciclaje. Estas cifras resumen la gestión de los residuos en Canarias, según la Federación ecologista, y contradicen los propósitos marcados por Europa, que establecía que en 2020 un 50% de los desechos municipales debían ser reutilizados o reciclados. Convertir los residuos sólidos urbanos, mezclados con estos vegetales, en materia orgánica para el suelo ofrecería un abono orgánico de buena calidad para abastecer de nutrientes al suelo, reduciendo así la dependencia de fertilizantes sintéticos. Para ello se requiere una buena recogida selectiva en origen, una responsabilidad que recaería en los Ayuntamientos y los Cabildos.

Gestión del agua

“La consideración tradicional del agua como un bien económico debe ser superada y entender que el agua es uno de los soportes fundamentales del Medio Ambiente y de la vida”. Las asociaciones ecologistas proponen incluir los usos ambientales entre los usos reconocidos en la Ley de Agua de Canarias, además de la recuperación de cauces, zonas de litoral o reforestación.

Protección de los ecosistemas marinos

La biodiversidad marina de Canarias está “extremadamente amenazada” por distintas actividades que exigen medidas urgentes de gestión. Un ejemplo son las colisiones de embarcaciones rápidas con cetáceos. Un riesgo que podría reducirse a través de normas como la disminución de la velocidad de estos transportes a su paso de zonas sensibles por la presencia de estos animales. Asimismo, la economía azul, que posibilita el acceso a recursos marinos nunca antes obtenidos, también supone una amenaza medioambiental asociada a actividades industriales, recreativas y extractivas. “Creemos necesario que se fomente el consumo del pescado local”, señala Ben Magec.

Proteger las especies autóctonas

La Federación Ecologista defiende que es necesario minimizar la entrada de especies exóticas en las Islas. En especial, en los islotes deshabitados del Archipiélago. Por otra parte, exigen que se tomen las medidas oportunas para erradicar las especies invasoras que puedan suponer un impacto en la biodiversidad canaria, como en el caso de la culebra californiana, las ardillas, los muflones, los arruís o las especies domésticas asilvestradas.

Educación ambiental

La educación ambiental en todos los niveles permite, de acuerdo con Ben Magec-Ecologistas en Acción, identificar las verdaderas necesidades de cuidado, afecto, alimentación y salud frente al “consumismo superfluo que inevitablemente trae consigo el deterioro progresivo y constante de nuestro medio natural”. La mayor sensibilización sobre el entorno se traduciría, según la asociación, en un consumo responsable, rechazo al derroche, conocimiento y conservación de la biodiversidad, ahorro de agua y energía, reciclaje de residuos y fomento de la movilidad sostenible.

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