''Trabajo constante y hacer las cosas bien, claves''
Hamilton es una empresa familiar, de origen escocés, establecida en Tenerife desde 1837. Así nos lo contaba Pedro Suárez, nacido en Las Palmas el 30 de marzo de 1957, en una reciente entrevista. Se trata de la consignataria más antigua de las Islas Canarias. La oficina con sede en Las Palmas se fundó en 1957. Actualmente, la familia Suárez y la familia Hamilton son los socios principales de Hamilton Las Palmas. Hamilton Las Palmas y Hamilton Tenerife son, a día de hoy, dos sociedades distintas con estructuras de propiedad distintas.
El sector portuario de Las Palmas ha cambiado muchísimo en los últimos años. Las empresas familiares han ido desapareciendo en favor de las multinacionales. Hamilton se cuenta entre esas pocas empresas familiares que aún resisten con orgullo al proceso de la globalización. También la actividad portuaria ha cambiado muchos como resultado de la revolucionaria introducción del contenedor. En 1992, se producen también cambios importantes con la modificación de la ley de puertos, que exige a los consignatarios unos requisitos determinados. Por tanto, estos consignatarios dejan de ser también estibadores y se crean empresas especializadas. Hamilton ha aportado su “granito de arena” a todo este proceso.
Entre los hitos de su trayectoria se cuentan la introducción en 1981 de los palets de madera en la exportación de los tomates, lo que supuso una auténtica revolución en el sector agrícola de Canarias; la consignación de los primeros buques car carrier, exclusivos para el transporte de vehículos; o la escala inaugural del buque Queen Mary II, que congregó a 300.000 personas de toda la isla. Las claves del éxito de esta empresa están en un trabajo y mejora constantes, en la fidelización y formación del personal, en la aplicación de las nuevas tecnologías y, por supuesto, en la inversión. En definitiva, lo que Hamilton intenta es adaptarse a los tiempos que corren para mejorar su servicio.
Respecto al puerto, tampoco las infraestructuras eran las mismas. Infraestructuras que se han modernizado para convertirlo en uno de los puertos más competitivos tanto por su localización geográfica como por su calidad. De hecho, en los rankings de actividades portuarias se encuentra en los primeros puestos a nivel nacional y en puestos de relevancia a nivel internacional. En cuanto al cliente, también ha sufrido la globalización. Antiguamente, había muchos armadores dispersos y pequeños armadores que actualmente han desaparecido o se han fusionado con otros, lo que ha reducido su número. Estos nuevos clientes se caracterizan porque manejan grandes y modernas embarcaciones que requieren estar al día en las nuevas tecnologías. Muchos inclusos poseen sus propios sistemas informáticos, con lo que hay que adaptarse a cada uno de ellos. Todo esto ha fomentado la necesidad de dar una formación especializada al personal para que puedan realizar las operaciones pertinentes en estos sistemas, desde imputación de datos relativos a la mercancía, fletes, etc. hasta el cobro a dichos clientes. En este momento, la situación exige una mayor especialización en los sectores del gas y del petróleo. La actividad portuaria, dada la cercanía con África occidental, debería dar pasos para instalar un puerto base en dicha zona lo que supondría una expansión muy importante para el Puerto de Las Palmas. Aunque tampoco se debe abandonar la constante mejora y ampliación de las infraestructuras ya existentes para que puedan dar cabida a los cruceros que visitan las islas y cuyas embarcaciones son cada vez mayores. También es necesario modernizar la maquinaria y el manejo de los contenedores.