La pesca del atún rojo se acerca al abismo: por ahora solo se captura el 19% de la cuota anual de 568 toneladas
Malos tiempos para la lírica…, que, en el análisis que nos ocupa, lo es para la pesca del atún rojo en aguas cercanas a las islas; o sea, que los malos tiempos son para la captura del túnido mejor valorado y más preciado en los mercados internacionales por parte de la flota artesanal con base en puertos de las islas (unas 200 unidades con derechos de pesca), a su vez las embarcaciones que utilizan el arte de caña con anzuelo y cebo vivo en esta labor extractiva.
Canarias se acerca al abismo en esa actividad porque el atún rojo esta vez no se ha aproximado lo suficiente al archipiélago. Ha pasado hacia el norte, sí, pero muy lejos, y es justo eso lo que lo ha hecho inaccesible para los artesanales isleños.
Como consecuencia, en la primera etapa de este año con veda abierta para el atún rojo, del 20 de enero al 30 de mayo pasado, se ha confirmado el desastre: ese periodo, siempre el mejor para capturar el atún rojo cerca de las islas (en su migración septentrional), pues en el resto del año su pesca aún es más residual, la flota isleña solo ha llevado a la cubierta de sus pequeñas embarcaciones la irrisoria cifra de 110 toneladas (equivalente a la carga de cuatro contenedores de 40 pies), el 19% de la cuota anual de 2025 específica para las islas, primero en 537,69 toneladas, como la final de 2024, y luego ampliada hasta el umbral de 567,65 toneladas, esto debido al reparto de derechos atribuidos inicialmente a Islandia dentro de la Unión Europea (UE).
El pésimo balance de capturas en la primera fase de esa actividad pesquera, hasta el 30 de mayo pasado, garantiza con casi total seguridad que los derechos logrados, aquellas 567,65 toneladas, no podrán ser consumidos en su totalidad este año, con lo que este 2025, incluso mucho más que en 2024, Canarias, que aspira continuamente a elevar sus autorizaciones anuales para capturas del Thunnus thynnus (atún rojo), se apuntará otro ejercicio anual con mínimos niveles de descargas.
Esta última razón es la que ya ha llevado a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria a pedir al Gobierno español, una vez más, que se traspasen las toneladas no consumidas en 2025 al siguiente ejercicio, el de 2026. Esto, que no es la primera vez que se solicita, pocas veces se ha aprobado. Queda por ver qué ocurre en esta ocasión con ese trámite.
Tras la parada técnica desde las 24.00 horas del 30 de mayo pasado hasta las 00.00 del 4 de junio de este año (cuatro días), fijada en la resolución del MAPA sobre medidas de control de la pesquería este año, la actividad extractiva del atún rojo se puede seguir practicando en las islas, incluso de forma más abierta, pero bien es cierto que, a partir de junio, esta pesquería siempre ha dado, por lo general, penosos resultados y además no es un objetivo principal.
De ahí que ya se considere como casi perdida la campaña de 2025 para el atún rojo, un año que hasta ahora solo ha dado a los pescadores los ingresos vinculados a capturas que pesan 110 toneladas, poco, muy poco, solo el 19% del potencial disponible: 567,65 toneladas.
Los problemas casi siempre llegan mal acompañados
A las dificultades en las capturas de atún rojo de este 2025, que es la pesquería de túnidos que menos volumen de negocio aporta a la pesca artesanal desde un punto de vista histórico, este año se ha unido la escasa presencia de cardúmenes de las otras especies, que son las más perseguidas en Canarias: el bonito del norte (Thunnus alalunga), la tuna (Thunnus obesus) y el bonito-listado (Katsuwonus pelamis), esta última ya más metidos en el verano. También hay algunas campañas buenas en rabil (Thunnus albacares).
Hasta ahora, las capturas de la tuna y de los otros túnidos escasean porque la biomasa se halla, como poco, muy lejos de las islas (donde no llegan barcos con limitada autonomía, de bajura) y, por ello, se han podido hacer muy pocas manchas, concentraciones bajo los cascos de los pesqueros del atún tuna, lo que permite una captura localizada, más sencilla y a un coste de navegación más controlado.
A todas estas cuestiones, se incorporan otras, como que la iniciativa colectiva de armadores artesanales de túnidos que promueven cambios en normas estatales para poder vender los derechos de pesca del atún rojo a terceros, otras flotas o barcos, no termina de cerrarse, el paso previo a la tramitación de tal solicitud, sin hacerse, ante los dos gobiernos: el autonómico, sin competencias en ese proceso, pero que será informado, y el nacional, que para atender esa futurible petición de los artesanales isleños, aún pendiente, debería realizar la modificación de un real decreto, algo que corresponde al Ejecutivo español con impulso desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
La Consejería de Agricultura de Canarias ha asegurado que, por ahora, no ha habido petición formal de los artesanales locales con la intención de que se autorice la venta de esos derechos de pesca, los que resultan de repartir la cuota anual canaria de atún rojo entre un listado de armadores con puerto base en las islas.
0