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Opinión - Junts, el bolsillo y la patria. Por Neus Tomàs

Expertos cuestionan las tesis de Industria

Salvador Lachica / Salvador Lachica

La Cátedra de Turismo CajaCanarias - Ashotel - Universidad de La Laguna (ULL) ha elaborado el informe 'Turismo y prospecciones petrolíferas en Canarias' que, aunque no incluye conclusiones ni a favor ni en contra de las prospecciones, si que pone en cuestión varios de los argumentos usados tanto por el Ministerio de Industria como por la empresa Repsol.

El dato más relevante es que el hallazgo de petróleo, cuya probabilidad es bastante escasa, no revertirá positivamente en la economía ni de Canarias ni de sus habitantes, por lo que las Islas asumen un riesgo a cambio de nada.

Noemí Padrón, profesora del área de Economía Aplicada de la ULL y miembro del equipo de autores del informe, ha sido clara al afirmar que “dudamos de la rentabilidad económica y, en cambio, sí que existe la probabilidad de riesgos muy importantes que hay que considerar y que solo asumen los canarios sin ninguna contraprestación”.

Padrón, que ha sido la encargada de presentar públicamente el informa, ha recordado que frente a los 5.000 empleos que Repsol asegura que generará la plataforma petrolífera, “en la de Tarragona solamente hay 65 trabajadores y en las del Golfo de México, una media de 50 por plataforma”.

Pero, además, “el empleo es muy cualificado y no lo podría aportar el mercado laboral canario”.

No hay inyección económica

Y tampoco existirá la inyección económica que tanto Industria como Repsol afirman que el petróleo supondría para unas Islas sumidas en crisis.

“El petróleo se llevaría a las refinerías de la Península, y solamente se recaudaría, como máximo, el 35% del Impuesto de Sociedades, es decir, 700 millones al año para el Estado, ya que no hay ni un tributo asociado al mismo para que revierta en Canarias”, ha asegurado.

Solamente si se encontrar gas, habría un beneficio directo para las Islas, pues “podría utilizarse en la producción energética de Canarias a través de tuberías y se reducirían los costes energéticos”.

Por el contrario, y frente a esta ausencia de beneficios económicos, la posibilidad de que hubiera un vertido de crudo cercano a Canarias “produciría un cambio de destino turístico que sería muy difícil de recuperar a largo plazo”.

Y es que, aunque las más afectadas por el posible accidente fueran Lanzarote y Fuerteventura, Padrón recuerda que “en Europa, Canarias tiene una imagen compacta, y la bajada del turismo afectaría a todas las islas por igual”.

Durante la posterior mesa redonda a la presentación del informe, Pablo González Cruz, gerente de Ashotel, coincidió con Padrón en que “sabiendo que el riesgo cero no existe, no hay un plan de contingencia”.

“El impacto de la plataforma es poco significativo sobre el empleo y si, además, la extracción no genera ningún tipo de beneficio para Canarias, no merece poner en riesgo el turismo, que sí que es de lo que comemos”.

Además, el gerente de la patronal hotelera recordó que las mismas autoridades que pusieron el grito en el cielo ante los riesgos de la central nuclear de Tan-Tan, a tan solo 80 kilómetros de las costas canarias, minimicen ahora los riesgos de un vertido de petróleo.

Beneficio para la polación = 0

Por su parte, Francisco Ramos Real, del departamento de Análisis Económico de la ULL y experto en economía energética, insistió en que “si Canarias va a recibir los daños de las prospecciones, debería obtener los beneficios y no el Estado, porque aquí es donde sí está la industria del turismo que activa a las Islas”.

Ramos, que se ha mostrado convencido de que las prospecciones se realizarán porque ni un solo Estado del mundo se ha negado a llevarlas a cabo, ha propuesto que “uno de los beneficios para Canarias sería garantizar una renta a las Islas, como en Noruega, en caso de accidente”.

Aunque se mostró partidario de “saber si existe o no petróleo porque, si no lo hay, se acabó cualquier debate”, sí que consideró “fundamental” que desde ya “exista una renta del petróleo y saber cuanto de la misma llega a Canarias”, pues hasta el momento es “cero”.

En este aspecto también incidió Agustín Santana Talavera, director del Instituto Universitario de Ciencias Políticas y Sociales de la ULL y miembro de la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura.

“En Guinea todos los días se extraen miles de millones de euros, pero el beneficio para la población es entre cero y menos uno”, aseguró el experto, para a continuación añadir que “en Brasil, Noruega o Reino Unido, los gobiernos se quedan con una parte importante del pastel”.

Sin embargo, en el caso de España y de Canarias “nos limitamos a una parte del Impuesto de Sociedades” frente a un riesgo de vertido cuyas consecuencias económicas y sociales son infinitamente mayores.

Además, Santana también ha cuestiona el informe de Impacto Medioambiental elaborado por Repsol “en menos de mes y medio” y cuyo estudio socioeconómico “lo despachan rapidito y con una alarmante falta de respeto”.

Sarta de disparates

Para este experto, el informe de Repsol “es una sarta de disparates y tiene ausencias importantes”.

“Cualquier afección a la costa es una afección a la imagen que Canarias se ha ido fabricando y cuidando a lo largo de los años, la existencia en la zona de dos reservas de la biosfera”.

Hasta Antonio Manuel Afonso Rodríguez, geólogo especialista en exploración y explotación de hidrocarburos, ha puesto en solfa uno de los principales argumentos esgrimidos por el Ministerio de Industria, como es el de que Marruecos puede vacía la bolsa que haya en aguas canarias si da con ella al otro lado de la mediana.

Según este experto, que si es partidario de las prospecciones “porque el riesgo es mínimo, y prácticamente inexistente”, existen “las rocas madre, pero donde está el petróleo es en las rocas almacén, y éstas no son comunicantes, por lo que las empresas que trabajen para Marruecos no pueden quitar el petróleo que haya en las aguas de Canarias”.

Pero además, también negó que se puedan extraer 30.000 barriles al día, como dice Repsol, “porque no hay ni un solo pozo en el mundo que los produzca”.

Según Afonso, “hay muchos descubrimientos que no son rentables para extraer y comercializar” y, para remachar, afirmó que “la posibilidad de encontrar petróleo” en la zona delimitada por Repsol “es solo del 20 por ciento”.

Por ello, cree que el debate que se está produciendo en la vida política y social del Archipiélago no tiene razón de ser porque “nos estamos repartiendo la piel de un oso que aún no ha nacido y que ni siquiera hemos visto”.

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