Las Palmas de Gran Canaria cierra la Agencia de la Energía por su incapacidad para contratar más personal

El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, en el stand de la Agencia Local Gestora de la Energía en la feria de Canaragua de 2018.

Iván Alejandro Hernández

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Después de 15 años de existencia, la Agencia Local Gestora de Energía (ALGE) de Las Palmas de Gran Canaria ha muerto. El pasado 15 de marzo, mientras el alcalde, Augusto Hidalgo, acudía a la presentación del Plan de Transición Ecológica del Gobierno regional (PTCan), donde defendió el denominado Pacto Verde Local como “un completo plan de medidas para adaptar la ciudad a los nuevos retos que supone avanzar hacia un desarrollo sostenible y una economía descarbonizada”, el consejo rector del órgano autónomo, pero dependiente del Consistorio, acordaba su disolución. Sin gerente desde mayo de 2020 y ante la incapacidad para dotar de más personal al órgano (solo tres trabajadores), se ha tomado la decisión de disolverlo tras años de abandono. 

“Cerramos ante la imposibilidad del aumento del personal y viendo que cada vez son más las tareas que recaían”, explica Belén Hidalgo (Podemos), concejala de Sostenibilidad Ambiental y presidenta de la Agencia Local Gestora de Energía. En este sentido, detalla que al igual que ha sucedido con otras áreas en el Ayuntamiento, la Relación de Puestos de Trabajo que se iba a aprobar se paralizó por el COVID. “El próximo año, entre el plan de estabilización y las oposiciones futuras, se prevé que se amplíe el personal en distintos departamentos del Consistorio, pero en la Agencia sería más lento y bastante complejo” llevar a cabo el proceso para aumentar el personal, según sostiene Hidalgo. 

“Desde que llegué (a la Presidencia de la Agencia en 2019) fui consciente de que no caminaba en pro de la estrategia del clima, en una ciudad en la que hay que implicar al área de movilidad, alumbrado, servicios públicos, urbanismo, sostenibilidad, nuevas tecnologías y muchísimas más”, añade Hidalgo. No se tomó la decisión antes porque debía finalizar el Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible, que tenía de plazo hasta el 31 de diciembre de 2021, como todos los municipios de la Isla. “Fue un convenio que firmamos con el Cabildo de Gran Canaria en 2021 y hasta que no ha finalizado, no hemos podido disolver la agencia local”, añade Hidalgo. 

Ello a pesar de que contaba con presupuesto para 2022 de unos 590.407 euros provenientes del Ayuntamiento, un 41,37 % menos respecto del presupuesto del año anterior, que ascendió a más de 1 millón de euros. “Aprobaron un presupuesto para la agencia para 2022 y se la están cargando este año”, señala el concejal del Partido Popular, Ángel Sabroso, quien añade que “los presupuestos se los transfiere el ayuntamiento anualmente, pero durante los últimos años la ALGE ni siquiera pedía dinero al Consistorio, porque tenía remanente acumulado de años anteriores que no gastaba y con eso pagaba las nóminas del personal”.

La oposición considera que el cierre de la Agencia se ha debido a la “incapacidad” del grupo de Gobierno (PSOE, Nueva Canarias y Podemos). “El trabajo de la agencia ha sido prácticamente nulo. Por una falta de interés y de falta de capacidad. Ni ha sido una prioridad ni ha habido capacidad para que funcionara”, remarca Sabroso. Desde Ciudadanos ha mostrado en reiteradas ocasiones su preocupación sobre el funcionamiento de la ALGE, reclamando en numerosos comunicados su cierre por su ineficacia. “Hemos pedido el cierre porque no funciona y están dilapidando recursos,  no son capaces de ejecutar el presupuesto porque les falta personal, pero la realidad es que no se lo toman en serio”, subraya la concejala de Ciudadanos Lidia Cáceres.

A juicio de Cáceres, el Ayuntamiento “se escuda en la falta de personal y que tienen muy difícil contratar por la tasa de reposición”, pero estima que realmente se ha tratado de falta de voluntad: “Ha sido un órgano inerte, se ha dejado morir porque no se ha trabajado más”. También tenía otras alternativas, como la colaboración público-privada. “Aunque no tuvieran recursos humanos, s hubieran contado con la sociedad civil y colegios profesionales, podrían haber sacado proyectos muy importantes para la ciudad”, recuerda Cáceres.

La Agencia Local Gestora de la Energía de Las Palmas de Gran Canaria fue constituida en Las Palmas de Gran Canaria en 2007, bajo el mandato del socialista Jerónimo Saavedra. Se creó en el marco de un programa europeo que impulsó 300 órganos en todo el territorio nacional. La persona que consiguió la financiación fue Oscar Bermejo, entonces asesor externo del servicio de Medio Ambiente. Recuerda que su función era lograr fondos de proyectos europeos y de otras administraciones, que era su especialidad.

Entre sus objetivos, la ALGE debía servir como instrumento de planificación y gestión energética municipal, fomentar el ahorro y la eficiencia energética o implantar renovables. Para ello, debía planificar y realizar proyectos, como un análisis de la situación energético del municipio, promocionar fuentes limpias en instalaciones públicas u ofrecer asesoramiento e información a la ciudadanía. Pero “desde el primer momento no estuvo claro lo que hacía la Agencia. Ha tenido una vida bastante triste, salvo el periodo que la dirigió José Jiménez (2011-2015). Yo apenas he visto nada. Los molinos que se pusieron en el edificio Metropol o al lado de la Plaza de la Música, no han funcionado nunca”, señala Bermejo. Se refiere a cinco pequeños aerogeneradores instalados a principios de la segunda década del siglo XXI para generar electricidad.

La Agencia tenía como principal objetivo fomentar el ahorro y la eficiencia energética en todo el municipio, desde los edificios oficiales hasta las empresas. Pero lo cierto es que yo apenas he conocido ninguno de ellos. Por regla general como si fuese algo clandestino“, explica Bermejo. Una de las escasas acciones que recuerda es la campaña de recogida de aceite puesta en marcha por el Ayuntamiento en 2019, regalando más de 2.000 embudos para facilitar el almacenamiento. Sobre el cierre de la ALGE, Bermejo considera que supone ”una perfecta foto del nivel de incompetencia de este equipo de gobierno municipal“, sobre todo en un contexto en el que la transición energética es un asunto prioritario en el mundo.

Sabroso recuerda que fue miembro del consejo rector de la ALGE en sus primeros años y la presidió de 2011 a 2015. “Al principio empezó a hacer un diagnóstico de como estaba el Ayuntamiento y otros edificios públicos mediante auditorías energéticas, para conocer el consumo y averiguar donde era ineficiente”, señala el concejal del PP. También se redactó un concurso para implantar luces led en el alumbrado público. El gerente por ese entonces José Jiménez recuerda que recibió una Agencia en la que “no se hacía prácticamente nada”. Pero formaron un equipo de seis personas, contando con él, y llevaron a cabo iniciativas en el ámbito educativo, manuales de ahorro energético y redactaron los pliegos para el ahorro y la eficiencia del consumo energético del Ayuntamiento: “En alumbrado, edificios, en las fuentes o en los jardines”. Conocer su disolución, supone para Jiménez “una triste noticia” porque “ahora es cuando de verdad se necesita un ente dentro del Ayuntamiento para la eficiencia de la energía”, ante “un panorama muy incierto en cuanto a la energía”.

“En teoría (el equipo de gobierno que precedió al PP) debía haber seguido el camino, haber sacado el concurso de todo el alumbrado público de la ciudad, continuar con la red de huertos urbanos, las instalaciones de placas fotovoltaicas, desarrollar colegios energéticamente eficientes, pero su trabajo ha sido prácticamente nulo”, explica Sabroso. Con la llegada a la alcaldía de Augusto Hidalgo “sí recibió un presupuesto importante, llegando a superar por primera vez el millón de euros”, resalta Cáceres, pero “no se ha sabido hacer nada”. En la primera legislatura estuvo al frente Pilar Álvarez (Equo) y en 2019 entró Belén Hidalgo. Sobre las acciones realizadas por la agencia, la concejala de Sostenibilidad Ambiental cita un convenio con el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) para hacer un inventario de emisiones de gases de efecto invernadero, un plan de riesgos y vulnerabilidades junto al Cabildo de Gran Canaria y el Plan de Acción por el Clima. 

Sobre la gerencia, Hidalgo relata que el proceso de renovación estaba en marcha y “solo quedaba pendiente la publicación en el Boletín Oficial”. La concejala explica que la tardanza en la elección se debió a “la falta de recursos humanos, eran tres personas”, quienes además de dedicaban a “convocar consejos rectores, realizar las actas…”. Ahora, al decidir la disolución de la Agencia, los tres trabajadores “estarán absorbidos en diferentes concejalías”.

Alternativas

La oposición también ha criticado que se haya decidido cerrar la ALGE sin proponer otra alternativa. En el contexto actual, con los objetivos para la descarbonización fijados a 2040 y el cambio del modelo energético, Cáceres reprocha que en el consejo rector se tomara decisión de disolver la Agencia sin prever ninguna alternativa para llevar a cabo sus funciones. “Nosotros siempre hemos pedido que se cierre, pero la vemos necesaria y queremos que dentro del Consistorio se cree un área que coordine todas las concejalías y con una persona que lo lidere” para gestionar los proyectos contemplados en el Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible. 

Al respecto, Hidalgo sostiene que “se creará un consejo sectorial de sostenibilidad en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para estar vigilantes con las materias de energía, las de ruido, calidad del aire y las que vengan, área por área” en sustitución del consejo rector, que aglutinaba a todos los partidos del Consistorio, la Dirección General de Industria, el colegio oficial de ingenieros, el colegio oficial de arquitectos, la ULPGC, Endesa y Emalsa. 

A ello se suma, tal y como recordó el alcalde Augusto Hidalgo en el hotel Iberia durante las jornadas divulgativas para dar a conocer el PTCan, el Pacto Verde Local para avanzar en la transición energética, un documento que presentó en octubre de 2020. “Hace dos años que empezó a anunciarlo y todos estamos esperando saber lo que es”, critica Sabroso, quien estima que la eliminación de la ALGE “es la demostración evidente de la ausencia absoluta de política medioambiental del Ayuntamiento, de que el discurso es humo, es ficticio y está pensado únicamente para la promoción personal y de una siglas políticas”.

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