Las presiones de Endesa hacen peligrar el suministro de gas a buques en el Puerto de La Luz

Vista aérea del Puerto de La Luz y de Las Palmas. Foto: Autoridad Portuaria de Las Palmas.

Carlos Sosa

Las Palmas de Gran Canaria —

Empiezan a prosperar las presiones de Unelco-Endesa sobre la Autoridad Portuaria de Las Palmas para abortar el proyecto de instalación de una planta regasificadora, una estación de almacenamiento y provisión a buques de gas natural licuado (GNL) y una planta de generación de 70 megavatios de electricidad con el mismo combustible. El organismo portuario, cuyo consejo de administración se reunió este jueves, ha abierto la puerta a aceptar la petición de la compañía eléctrica monopolística de que se suprima el actual trámite de competencia, instado precisamente a partir de que el proyecto presentado por Totisa Holdings reclamara una concesión de más de 2.500 metros cuadrados.

La eléctrica italiana empezó pidiendo una ampliación de quince días del plazo de presentación de proyectos, que le fue concedida de manera extraordinaria (la primera en la historia de la Autoridad Portuaria). Y eso a pesar de que la eléctrica no puede concurrir a una de las actividades a la que estaría obligada para poder cumplir con el proyecto sacado a trámite de competencia.

Endesa está impedida legalmente (por abuso de posición dominante) a explotar una planta de generación eléctrica en el Puerto de La Luz. Tampoco cumpliría con las exigencias relacionadas con las garantías profesionales para la provisión de combustible a buques, conocido como bunkering, por lo que su proyecto tendría muchísimas dificultades para ganar el trámite de competencia, al que además de la eléctrica y de Totisa Holdings, han concurrido juntas Disa y Enagas.

Esa posición de desventaja para Endesa en el trámite de competencia ahora en marcha en la Autoridad Portuaria la ha conducido a solicitar del organismo público que se anule esa modalidad y se convoque un concurso público en el que quedara fuera la generación eléctrica. De este modo, la compañía conseguiría su propósito de evitar la entrada de un competidor en la isla, Totisa Holdings, que se presenta en asociación con la poderosa compañía Vitol, especializada en la comercialización energética en todo el mundo.

El director de Puertos de Las Palmas y el presidente de la Autoridad Portuaria, Salvador Capella y Juan José Cardona, respectivamente, abordaron este asunto de modo esquivo en una rueda de prensa celebrada este jueves. El consejo de administración acababa de rechazar la petición de Totisa Holdings contra la ampliación del plazo de presentación de proyectos -lo que habría dejado fuera a Endesa- y los dos directivos contestaron a los periodistas con evasivas: “Espero que antes de final de año esté tomada una decisión, y esa decisión puede ser adjudicación a una empresa o, entre comillas, dejarlo desierto y sacar un concurso. La ley permite ambas cosas, cualquier tipo de actuación”, dijo Capella.

Tal posibilidad pondría en peligro el calendario de implantación del suministro de gas natural licuado a buques en el Puerto de La Luz. Según el proyecto de Totisa, filtrado esta semana por la Autoridad Portuaria, el bunkering estaría operativo en 2020, justo el año en que comienza la obligación de navegar con ese combustible en aguas europeas. Romper la baraja una vez comenzada esta partida, anular el trámite de competencia y convocar un concurso público, puede derivar de inmediato en recursos administrativos y judiciales, lo que bloquearía la operación y dejaría al Puerto de La Luz fuera de los recintos proveedores de este combustible.

El antecedente de Chira-Soria

No es la primera vez que Unelco-Endesa obstaculiza en las administraciones la entrada de competidores y de otras modalidades de generación distintas a las que utiliza en Canarias (diésel). En 2011 consiguió que se le adjudicara la estación hidroeléctrica Chira-Soria, imprescindible para el éxito operativo de la cada vez más extentida generación eólica. El proyecto se paralizó por completo hasta que se le obligó a pactar con Red Eléctrica su cesión. Siete años después, todavía no se ha podido poner en marcha, lo que se ha traducido en el mantenimiento de altos costes de energía, altos índices de contaminación evitables y bloqueo a la entrada de nuevas compañías y generación de nuevos puestos de trabajo.

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