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Sultana Jaya llega a Gran Canaria para recibir atención médica tras año y medio “asediada por autoridades de Marruecos”

Sultana Jaya a su llegada al aeropuerto de Gran Canaria.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —
2 de junio de 2022 14:03 h

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Con lágrimas en los ojos, una bandera de la República Árabe Saharaui Democrática y alzando el puño, la activista saharaui Sultana Jaya llegaba este miércoles en torno a las 20.00 horas al aeropuerto de Gran Canaria. Allí avanzaba con dificultad ante las muestras de cariño de las más de 100 personas que la esperaban con pancartas en las que podía leerse “Gobierno PSOE-UP traidor” y se coreaban cánticos como “todos somos Sultana” y “Sáhara libre”. Junto a dos activistas estadounidenses, Jaya viajó a la Isla para recibir atención médica tras más de un año y medio “asediada por las autoridades marroquíes”, explicó.

La activista salía de El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, después de más de 500 días bajo “arresto domiciliario ilegal” en su casa de Bojador por las fuerzas de seguridad marroquíes, según ha denunciado Amnistía Internacional, organización que ha especificado que en ningún momento se le ha explicado el motivo por el que la vigilan y el impiden salir de su vivienda.

Jaya, que preside la denominada Liga de Defensa de los Derechos Humanos y contra el Saqueo de Recursos Naturales, ha denunciado la situación que viven los saharauis en los territorios ocupados por Marruecos y ha reivindicando la autodeterminación del pueblo saharaui en diversos foros fuera del territorio. Pero, desde el 19 de noviembre de 2020, poco después de que el Frente Polisario declarara el fin del alto al fuego con Marruecos que perduraba desde 1991, dice que, junto a su madre y su hermana, sufre un cerco por parte de las autoridades marroquíes, convirtiéndose en un símbolo de la resistencia saharaui.

Con la traducción al español del delegado del Frente Polisario en Canarias, Hamdi Manosur, Jaya contaba que ha sido víctima “de todas las vejaciones, violaciones, torturas, persecuciones y de allanamiento diario a mi casa y a mi familia”; también relata que le han inyectado, tanto a ella como a su madre y su hermana, “sustancias peligrosas”. “Estoy destruida, enferma, muy mal y mi familia también.”, añade, mientras a su alrededor no cesan las muestras de apoyo.

Amnistía Internacional ha denunciado que el 10 de mayo de 2021, las fuerzas de seguridad marroquíes irrumpieron en la casa de Jaya, le robaron el teléfono y ataron con esposas y grilletes a su hermana. Según el relato de la organización, el 12 de mayo “decenas de miembros enmascarados de las fuerzas de seguridad” volvieron a entrar en la vivienda, la agredieron y violaron a su hermana.

“Meses después”, prosigue el comunicado que reclama firmas para pedir justicia, “decenas de agentes de las fuerzas de seguridad marroquíes vestidos de civil” entraron de nuevo y la violaron, agrediendo también a su madre. Mansour explica que en esta ocasión han podido salir gracias a la presencia de dos activistas estadounidenses que acompañan a Jaya en su casa desde el 16 de marzo. Timothy Warren Pluta y Ruth Lupine McDonough son militantes de la organización Human Rights Action Center.

Warren recuerda que desde que llegó a Bojador ha pedido tres cosas: “Que dejen de violar a las mujeres en su propia casa; que no encierren a las mujeres en sus casas y que dejen entrar a observadores internaciones”. Relata que autoridades marroquíes amarraron las manos de la madre de Sultana Jaya, “de 85 años”, “tan fuerte detrás de su espalda, que se rompió los músculos”. Y también la forzaron “a ver como los hombres violaban a sus hijas frente a ella”.

Warren también señala que las personas que han intentado visitar a Sultana Jaya en su casa sufren amenazas y agresiones, recordando el caso de una visita de cuatro mujeres saharauis que, cuando regresaban a el Aaiún fueron detenidas en un puesto de control y fueron agredidas. Y, por último, ha mencionado que tres mujeres estadounidenses delegadas del colectivo Just Visit Western Sahara fueron expulsadas de El Aaiún cuando pretendían viajar a Bojador, invitadas por Sultana Jaya, para “reportar todo lo que le han hecho a las mujeres en su casa”. Por su parte, McDonogouh quiso recordar que Sultana Jaya “representa a muchas a voces” que “están en peligro” y “sufren los abusos” en los territorios ocupados y pide que se preste más atención a lo que sucede en el Sáhara Occidental.

En el recibimiento a Jaya, estuvieron presentes Inés Miranda, consejera de Política Territorial y Paisaje, y Carmelo Ramírez, consejero de Cooperación Institucional y Solidaridad Internacional, ambos en el Cabildo de Gran Canaria e integrantes del partido Nueva Canarias. Ramírez explicó que acudió al aeropuerto para mostrar reconocimiento al testimonio de “una de las militantes más destacadas del pueblo saharaui en los territorio ocupados”, que “siempre ha defendido la autodeterminación” y, a su vez, es una manera de “hacer visible la reivindicación del pueblo saharaui, de su derecho a la independencia”.

Ese mismo día, la Asociación Canaria de Juristas por la Paz y los Derechos Humanos que preside Inés Jiménez, iniciaba, junto a otras organizaciones, una campaña de recogida de firmas en Canarias para apoyar la celebración del referéndum de autodeterminación del Sáhara Occidental.

Jaya también quiso enviar “un mensaje contundente para el Gobierno de España, para Pedro Sánchez”, en referencia a la nueva postura manifestada por el jefe del Ejecutivo regional, de reconocer como la “más seria y creíble” la propuesta de Marruecos para poner fin al conflicto: una autonomía para el Sáhara Occidental bajo la soberanía de Rabat.

“A pesar de las traiciones, el pueblo saharaui está decidido a desafiar cualquier conspiración que reconozca la soberanía marroquí sobre el Sáhara. Ese desafío es nuestro, de todo el pueblo, de las mujeres saharauis y este es mi mensaje al Gobierno español”, concluyó.

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