“Es un escándalo que la Isla importe el 50% de los productos perecederos”

Alejandro Hernández impulsa la agricultura ecológica y el desarrollo sostenible. Foto: LUZ RODRÍGUEZ

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Está convencido de que La Palma puede autoabastecerse de productos ecológicos, pero hace falta “más apoyo real, tanto inversión pública como privada”. Alejandro Hernández gestiona la web de ámbito regional http://www.soberaniagroecologicanaria.info/ que defiende el mercado local frente a los productos excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional y rechaza la práctica del dumping, la venta por debajo de los costes de producción. La agroecología, asegura, “no es solo una forma de producir alimentos o una ciencia, es una filosofía de vida”.

-¿Cuándo se creó la web soberaniagroecologicanaria y cuál es su objetivo?

-Nació a principios de 2014 para conmemorar y difundir el Año Internacional de la Agricultura Familiar, y animar a que particulares y entidades tomen iniciativas para contribuir a un verdadero desarrollo sostenible, desde lo local a lo global. En La Palma y en Canarias se echaba en falta un punto de encuentro -no solo físico- donde encontrar información libre y de interés del estado real del sector primario y cómo afecta a la vida de las personas, porque aunque la agroecología está en auge, falta coordinación entre los distintos eslabones de la cadena, empezando por los propios productores que deben ir ‘cooperativizando’ esfuerzos para un objetivo común, como es producir un alimento de calidad, respetuoso con el medioambiente, y además con unos valores y sin descuidar esa relación directa con el consumidor. La agroecología no es solo una forma de producir alimentos o una ciencia, es todo una filosofía de vida.

-¿Pretende ser un escaparate para el agricultor de La Palma y de Canarias?

-El producto de la tierra, local y fresco, y si es ecológico más, se vende solo, porque actualmente en Canarias hay más demanda que oferta, pero sí es verdad que como idea lo que se pretende es poner en valor la figura de los productores, del agricultor y del ganadero, aunque sin olvidar el pescador o el artesano, y darles una herramienta más para que se conozca su actividad, su modo de vida y todo el conocimiento que encierran.

-¿La página está centrada fundamentalmente en la agricultura ecológica?

-Uno de los objetivos que se pretende con la web es ayudar a la reflexión y a difundir el conocimiento. La agricultura ecológica, si nos ceñimos al concepto oficial, es poco más que el cumplimiento de unas normas para producir unos alimentos y comercializarlos.Con la web se quiere ampliar esa visión, poner el énfasis en el por qué del concepto ‘sector primario’, sencillamente porque es la base donde se sustenta nuestra propia civilización, y abrir debates más amplios para poder dar soluciones a los actuales problemas. La agroecología tiene relación con prácticamente todos los temas que nos afectan en nuestra vida diaria: la justicia social, el consumo responsable o, por el contrario, el consumismo desenfrenado, la salud de las personas y la relación de la industria farmacéutica, armamentística y de producción de fitosanitarios por parte de grandes compañías que dominan los mercados, la privatización de la vida mediante las patentes de semillas, la manipulación genética o la seguridad y soberanía alimentaria. Puedo poner un ejemplo de un problema local, del cual no se habla, pero todo el mundo sabe que existe, y que es la sobrepoblación de Canarias, con islas como Tenerife y Gran Canaria, con más de 1 millón de habitantes, o Fuerteventura y Lanzarote que superan los 100.000 habitantes. Eso es insostenible, ya se ha sobrepasado la capacidad de carga ¿Por qué no plantear una Ley de Residencia? Eso también es agroecología.

-Fomentar la compra-venta de productos frescos y de la tierra es otro de los objetivos a alcanzar.

-Sí, a día de hoy, como decía, hay más demanda que oferta, al menos en lo que son productos ecológicos, y el pequeño productor puede vender directamente en su huerta o a través de los mercadillos que se han instalado en cada pueblo. Creo que el siguiente paso es reconvertir el sector al enfoque ecológico. Actualmente no hay ningún mercadillo exclusivamente de puestos ecológicos, por lo que se debe fomentar la creación de cooperativas y sobre todo de la planificación. La Palma y Canarias tienen más capacidad de producción de la que estamos aprovechando; actualmente no producimos, por ejemplo, ni las papas ni el queso que consumimos. Volviendo a la pregunta, curiosamente este año también ha nacido el proyecto www.laarveja.org, que viene a cubrir ese nicho. De todas formas, quizás deba atenderse a la demanda interna coordinando desde las entidades más locales o insulares, y planificar a nivel regional lo que sería la agricultura y ganadería de exportación.

-¿Es posible acabar con la importación y la práctica del dumping?

-Lamentablemente la importación es necesaria a día de hoy y parece que, a priori, seguirá siéndolo, pero lo que es un escándalo en Canarias es que dependamos del exterior en islas como La Palma en más del 50 % en productos perecederos. Traemos carne de Brasil, papas de Israel, y hasta en el sector ecológico se están importando zanahorias de Italia. Todo esto deja una huella de carbono mayormente por el transporte. Debemos concienciar a la gente de que hay que intentar consumir de forma responsable, recordando que hay frutas, verduras y hortalizas de temporada. También es necesario apoyar más la producción local para ir equilibrando la balanza y que cada día vengan menos productos del exterior. En Canarias traemos hasta lo que podemos producir aquí: el 99% del gofio que comemos es de harina de fuera y probablemente es transgénica. Con respecto a la práctica del dumping, si miramos los balances de cuentas de grandes superficies comerciales que operan en las islas, nos sorprenderíamos. Además de tener la legislación europea a su favor y recibir subvenciones de millones de euros todos los años, pueden jugar con los precios debido al gran capital y volumen que manejan, pagando una vez que venden el producto y no antes. La legislación local tampoco ayuda, porque, por ejemplo, se está excluyendo de la planificación territorial el terreno destinado a zonas agrícolas y ganaderas. La Palma podría estar exportando carne para otras islas, pero los intereses son muy grandes; por eso el productor y, sobre todo, el consumidor, tienen que concienciarse a dónde va su dinero cuando compra algo y cómo se ha producido ese alimento.

-¿Saben los consumidores lo que comen?

-No, a menos que compremos al productor local, donde la confianza suele ser su certificado, o preferiblemente productos con certificación ecológica. En el resto hay mucha opacidad en los etiquetados, y probablemente los productos que no vienen con certificación ecológica sean transgénicos. Aunque haya sistemas de trazabilidad en la industria de la alimentación, se están usando productos nocivos para la salud. Por ejemplo: ¿Cuál es el ingrediente secreto de la marca de refresco más conocida del mundo? Pues eso, es secreto.

-¿Qué precio, en salud, tendrá que pagar la población por sus hábitos alimenticios?

-Los efectos ya los estamos viendo desde hace años, pero como digo los intereses son enormes. Hay zonas de La Palma con índices de cáncer altísimos, y algunas investigaciones sostienen que es debido al uso de fitosanitarios de síntesis, algunos de los cuales ya se han prohibido pero los seguimos llevando en la sangre porque son acumulativos, y los casos de intolerancia crecen según se van desnaturalizando los alimentos. La contaminación ambiental tiene mucho que ver también y se puede establecer un relación directa con la producción industrial de alimentos y el uso de energías fósiles. Quiero puntualizar que los productos ecológicos no tienen por qué ser mucho más caros que ‘los otros’(los convencionales). Eso depende mucho de la cadena. Yo lanzo la propuesta que he hecho en algún foro de crear una etiqueta de trazabilidad económica, donde se apunten todos los márgenes de ganancia desde el productor al consumidor, y así se podría saber qué porcentaje está ganando el productor y cuál el intermediario. Invertir en productos ecológicos es invertir en salud. El dinero nos lo ahorramos en medicamentos y visitas médicas.

-¿La Palma podría abastecerse en su totalidad de productos ecológicos?

-Sí, estoy convencido, y son muchos los que creen en ello. Hay ya más de 200 productores registrados con certificación ecológica, y el subsector del plátano es el que crece exponencialmente (con más de 100). Otro debate sería si como cultivo con alto consumo de agua, habría que plantear diversificar más. Hay ejemplos de productores de papas, quesos, leche, yogurt, huevos, miel, setas, frutas, verduras y hortalizas con certificación en la Isla. Sería conveniente que desde los colegios hasta las propias organizaciones agrarias visitaran a esos productores. Pero hace falta, como digo, más apoyo real, más inversión tanto pública como privada para el desarrollo de proyectos. En La Palma, por ejemplo, no tenemos una fábrica de piensos para la ganadería o una granja destinada a la producción de carne avícola. En octubre se celebrará la Feria Expovida de Tijarafe y en noviembre un encuentro de operadores ecológicos de toda Canarias en Los Llanos de Aridane. Sería ideal aprovechar estos foros para sacar compromisos firmes de los participantes. También creo que se debería implantar una facultad para cursar estudios universitarios agropecuarios con un enfoque ecológico, otros proyectos más prácticos que complementen la formación de la Escuela de Capacitación Agraria de Los Llanos de Aridane. Propongo una escuela taller permanente en alguna finca en la parte este de la Isla. Es cuestión de buscar el lugar, aunque los terrenos del Barranco del Río o de La Quinta Verde, en Santa Cruz de La Palma, serían buenas zonas para ello. La Palma se pone como ejemplo de Reserva Mundial de La Biosfera a nivel global, pero si queremos un verdadero desarrollo sostenible debemos apostar decididamente por el sector primario y crear riqueza, bajar las cifras de desempleo y pobreza intentando redistribuir la riqueza de la Isla de una forma más justa. Lo demás es solo marketing en un mundo ‘de imagen’.

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