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Villa de Apurón un topónimo que nunca fue

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En la incorporación a la corona de Castilla de las islas de La Palma (1493) y Tenerife (1496) coinciden las fechas del calendario litúrgico del 3 de mayo. No parecen ser casual que la historia y la tradición eligieran la festividad de la Invención de la Cruz para sentar sobre tierras paganas el cristianismo. El símbolo elegido no fue otro que el patíbulo donde murió Jesús de Nazaret, símbolo y seña de identidad de la religión católica.

Coincide igualmente en estas dos islas un mismo conquistador Alonso Fernández de Lugo, andaluz que había participado en la conquista de Gran Canaria bajo el mando de Pedro de Vera (1487).

El protagonismo y devoción a la Santa Cruz corresponde a la profunda tradición, enraizada durante siglos, en las tierras palmeras y tinerfeñas. Ya el ilustrado tinerfeño José de Viera y Clavijo (1731-1813), en su libro Noticias de la Historia General de las islas de Canaria, califica a La Palma y Tenerife como “gemelas”, “...Pero pues que Tenerife fue desde sus principios una república gemela de La Palma, entrambas hijas de un mismo conquistador y sujetas a unas mismas máximas de gobierno, conocido el carácter de la una, se puede inferir fácilmente el de la otra”. Es decir, los usos, costumbres y gobierno de ambas islas las entronca el insigne historiador con el conquistador de ambas.

La devoción a la Santa Cruz debió corresponder a una devoción y costumbre del siglo XV, que incluso llegó a tierras de la América hispana, y que se impuso por la mano e intervención de Alonso Fernández de Lugo y los militares que le acompañaron en la conquista de La Palma y Tenerife. En nuestra opinión el arraigo hacia el símbolo máximo del cristianismo corresponde a la devoción del Adelantado, al igual que la profesaba al arcángel San Miguel estudiada magníficamente por el profesor Miguel Ángel Martín Sánchez (Breña Alta, 1959).

En las primeras crónicas de La Palma el enigmático personaje Juan de Abreu y Galindo, hacia 1623, hace referencia a que el 3 de mayo terminó la conquista de la isla por Fernández de Lugo y que este día “...es la fiesta que celebra esta isla”. Este autor se muestra contrario al año de la terminación de esta empresa bélica, hoy tenido por el año 1493, Abreu la establece en 1490. Por el contrario Juan Núñez de la Peña dice que fue en el año 1493. Pero, fuera como fuera lo que realmente nos interesa es que el 3 de mayo era fiesta jurada en La Palma, celebrada con toda pompa por el antiguo Cabildo y que la Santa Cruz se convirtió en topónimo.

VILLA DE APURÓN, ÚNICA REFERENCIA DOCUMENTAL CONOCIDA

Las Constituciones Sinodales del obispo Fernando Vásquez de Arce (1444-1522) titulan el topónimo de la hoy Santa Cruz de La Palma como villa de Apurón. Este es el único documento conocido, hasta ahora, que hace referencia a esta denominación o supuesto topónimo. Debió corresponder a algún modismo popularizado y vulgar del lenguaje coloquial del momento, pero nunca oficial como veremos más adelante. Francisco Caballero Mujica en su obra Canarias hacia Castilla, datos de un proceso histórico, publica estas Sinodales, (1514-1515) donde consta:

En la isla de La Palma, en la iglesia de San Salvador en la villa de Apurón”.

[...] “...que no permita el beneficiado de San Salvador de la villa de Apurón”.

[...] “...aplicamos al beneficiado de la iglesia de San Salvador de la villa de Apurón”.

[...] “...que la dicha villa de Apurón es cabeça e principal población de la isla de La Palma”.

Curiosamente observamos que este documento episcopal además de denominar en varias ocasiones a Santa de La Palma como villa de Apurón tampoco se refiere al conocido topónimo de la isla, establecido en Córdoba el 16 de julio de 1492 por la reina Isabel, de San Miguel de La Palma acreditado en documentos de esos mismos años.

Pareciera que en ambos ejemplos el redactor del documento evita recoger las advocaciones religiosas en la toponimia de La Palma, al contrario que en Tenerife que recoge Santa Cruz y San Cristóbal de La Laguna. Pudiera ser mano de diferente escribano las referencias a La Palma y la de Tenerife. Razones debieron existir aunque a la altura de este trabajo son un auténtico enigma que merece un más profundo estudio en fuentes originales.

El palmero José Wangüemert y Poggio (1872-1908) en su obra póstuma, publicada en 1909, Influencia del evangelio en la conquista de Canarias afirma rotundamente que “...la nueva población se llamó desde su comienzo villa de Santa Cruz”. En este mismo trabajo, en una nota a pie de página aclara:

Dice Viera que en un principio se llamó Villa de Apurón, apoyándose para ello en un documento singular, como son las Constituciones Sinodales del Sr. Obispo D. Fernando Vásquez de Arce, correspondientes a los años 1514 y 1515. Esta noticia, según D. Juan Bautista Lorenzo, debe acogerse con algunas reservas, con tanta más razón habiendo datas del Adelantado, con fechas anteriores a dichas Sinodales, donde se la denomina Villa de Santa Cruz”.

José Wangüemert y Poggio (1872-1908) fue coetáneo de Juan Bautista Lorenzo Rodríguez (1841-1908) y este dato debió corresponder a conversaciones personales entre los dos investigadores palmeros, la obra de Lorenzo Rodríguez se publicó a finales del siglo XX. No obstante posteriores trabajos han continuado afirmando el dato erróneo de villa del Apurón por el primitivo nombre y topónimo de Santa Cruz de La Palma.

Efectivamente en Noticias para la Historia de La Palma (1975) del que fuera Cronista Oficial de La Palma Juan Bautista Lorenzo recoge una data, de 1508, reveladora y firmada por el mismo Adelantado, Fernández de Lugo, en la que se dice:

“En la villa de Santa Cruz, ques en la isla de Señor San Miguel de la Palma, miércoles tres días del mes de Mayo año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo de mil e quinientos e ocho año”. Transcribe el escribano público el documento de la data que encabeza: “Yo Don Alonso Fernández de Lugo, Adelantado de las islas Canarias, Gobernador e Justicia mayor de las isla de Tenerife y desta isla de San Miguel de la Palma....”.

Continúa el texto de Fernández de Lugo haciendo otra referencia a la población de Santa Cruz, cuando determina “...vos dio un poco de ladera tierra monte en el barranco de la Iglesia de San Salvador desta villa de Santa Cruz”. Termina la data, firmada el Adelantado, diciendo: “fecho en la villa de Santa Cruz desta dicha isla, sábado quince días de Abril, año de mil e quinientos e ocho años”.

En el mismo sentido que el anterior el investigador y Cronista Oficial de Santa Cruz de La Palma Manuel Poggio Capote (Santa Cruz de La Palma, 1969) en el trabajo Descripción y transcripción de una reforma de Lope de Sosa en la isla de La Palma (1508-1509)“ (2003), recoge en varias ocasiones el topónimo Santa Cruz, en referencia al actual municipio de Santa Cruz de La Palma:

“Sepan quantos esta carta de reformaçión e confirmación vyren, como en la villa de Santa Cruz, que es en la isla de Sant Miguel de La Palma en jueves dise nueve días del mes de otubre, año del nacimiento de nuestro sauador Uhesu Christo de mill e quinientos e ocho años...”.

Continúa el interesante documento confirmando el topónimo de Santa Cruz, el 19 de octubre 1508, cuando el pregonero de la isla Ximón Pérez “a alta boz, en la plaça pública de la dicha villa de Santa Cruz”. La vecindad de Alonso Márquez e Isabel de Torres, su mujer, queda corroborado que era “...de la villa de Santa Cruz, puerto de la ysla del Señor San Miguel de La Palma”.

Con lo aportado por Juan Bautista Lorenzo Rodríguez y Manuel Poggio Capote unos 15 años después de la conquista [1493], la hoy ciudad de Santa Cruz de La Palma contaba con plaza pública y calles perfectamente trazadas, iglesia de “San Salvador”, solares e inmuebles eran objeto de compraventa, y aparece el topónimo urbano que aún hoy se conserva de “calle Real”. Con posterioridad a 1508, unos 6 años después, aparecen las Sinodales [1514-1515] del segundo obispo de la Diócesis de Canarias Fernando Vásquez de Arce (1444-1522) con el supuesto y erróneo topónimo “villa de Apurón”.

Con estas reseñas documentales queda sobradamente, entendemos, probado que el original topónimo de la hoy ciudad de Santa Cruz de La Palma no fue el de villa de Apurón sino el de villa de Santa Cruz. Lo que nos confirma que fue el mismo Adelantado, Alonso Fernández de Lugo, quien determinó la denominación toponímica de la hoy ciudad capital de la isla canaria de La Palma.

María Victoria Hernández, cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)

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