¿Cómo vamos?: hasta diciembre en La Palma hemos tenido suerte

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La incidencia acumulada a 14 días el 15 diciembre en España es de 201,2 y en Canarias 123,8. El pasado 8 de diciembre los valores eran 193,3 y 93,48. Una razón de tasas para Canarias de 1,32 lo que nos sitúa en rojo en el semáforo epidemiológico.

Tenerife el 16 de diciembre tiene una incidencia acumulada (IA) de 214 a 14 días frente a los 168,3 que tenía hace siete días. La Laguna tiene hoy (miércoles) una IA de 443,17, hace siete días su incidencia era de 382,85 y La Palma hoy tiene una IA de 41,3 y hace una semana era 8´5.

Los datos para España, Canarias y La Palma nos dicen que tanto la incidencia a 14 días como la incidencia a 7 días sube. En España el “efecto puente” ha hecho aumentar la incidencia de contagios a nivel nacional un 10%. En la provincia de Tenerife la subida ha sido aun mayor; se están produciendo brotes a los cuales no ha escapado la isla de La Palma. Hasta este mes de diciembre en la isla hemos tenido “suerte”. Al ser una isla con baja densidad de población, estar afectada de una doble insularidad, tener relativamente pocos vuelos y barcos que nos hayan visitado estos meses; unido a que la mayor parte de nuestra vida familiar y social la realizamos en los exteriores dado el buen clima que nos ha acompañado; junto con la buena labor realizada por Atención Primaria en el rastreo, nos ha mantenido con bajas cifras de positivos. Hasta la semana pasada. Un brote ha supuesto unos 29 contagios directos.

El brote  puede ser de libro; del libro de la pandemia, porque suelen producirse en un interior mal ventilado, sin mascarillas y sin distancia adecuada entre las personas.

Ha sido el mayor brote de Covid desde el  de marzo asociado al vuelo del IMSERSO que causó seis muertes.

Este nuevo brote si queda limitado a los jóvenes que han sufrido el contagio y no alcanza a residencias de mayores o a la clínica, habremos tenido suerte y no lamentaremos muertes dentro de dos semanas.

La Covid se extiende a través de eventos concurridos, en espacios cerrados no bien ventilados y en los que hay alguna persona, que por sus características biológica o sociales, actúa como un supercontagiador o superdiseminador del virus. La forma, por nuestra parte, de evitar la propagación de la Covid es no acudir a lugares concurridos, cerrados o mal ventilados y siempre portar mascarilla, mantener la distancia de seguridad entre personas y lavarnos con frecuencia las manos. La forma de actuar por parte de las autoridades es procurar realizar el mayor número de test posibles a la mayor cantidad posible de personas. Los test han de hacerse en lugares de tránsito como estaciones, aeropuertos y puertos, o bien, solicitar que los viajeros aporten un test negativo de Covid para poder “moverse” entre comunidades o provincias. Las autoridades deben facilitar la adquisición y distribución de test; tanto los que requieran de un profesional sanitario para realizarlos, como los auto test de saliva y antígenos. Estos últimos son los ideales, ya que su bajo precio, su fácil uso y su rapidez permitirían un aislamiento rápido del positivo. También es necesaria la presencia de rastreadores suficientes para poder cortar las cadenas de transmisión; no olvidemos que para contener una epidemia es necesario testar, trazar y aislar lo más rápido posible, como nos han enseñado desde hace meses los países que han conseguido doblegar al virus.  

Pero no se hace. No hay test en farmacias, no hay test de autodiagnóstico, el gobierno impide hacer test en los aeropuertos canarios. Hasta ahora, las restricciones a la movilidad y las restricciones al uso de interiores no solo no se mantienen, sino que se levantan o disminuyen en la mayor parte de España, mientras en Europa se blindan ante el avance de la Covid.

A ningún epidemiólogo, a ningún especialista en sanidad pública, lo oirán diciendo que hay que levantar las restricciones; al contrario, los escucharán aconsejando, pidiendo que las restricciones, los próximos días de diciembre, aumenten. Todos los expertos afirman que, si no se restringe la movilidad durante la Navidades, estas dos semanas causarán un aumento de positivos a partir de la primera semana de enero y a mediados del próximo mes tendremos las Ucis llenas y los fallecidos volverán a ser miles diarios.

¿De verdad que queremos salvar la Navidad? ¿Qué es salvar la Navidad? ¿Qué es Navidad? La Navidad no es enfermedad, no es tristeza, no es muerte. No es el momento de reunirnos, no es el momento de celebrar y menos en eventos organizados desde las administraciones públicas. Administraciones, políticos y gobernantes deberían dar ejemplo, deberían ser valientes y decir la verdad; no jugar a tener el menor desgaste político a costa de la vida de las personas. Nuestras instituciones deben estar regidas por gente de alto conocimiento cultural y sólida honestidad para que nuestro sistema democrático funcione. No parece ser el caso, salvo excepciones, ni en nuestra isla, ni en nuestra comunidad, ni en nuestro país. Necesitamos gente valiente, honesta e íntegra. A los hechos durante estos nueve meses de pandemia me remito. No salvemos la Navidad, salvemos a las personas.

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