La Virgen y la ‘suelta’ del Diablo en Tijarafe

Diablo de Tijarafe  (2018). Foto: MVH
6 de septiembre de 2025 16:42 h

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Continúa molestando a las personas mayores de Tijarafe que a sus fiestas “grandes”, en los últimos años se le ha denominado popularmente “fiesta del diablo”.

La tijarafera Rosa Castro, nacida en 1925, nos decía: “Eso de fiestas del diablo, se lo pusieron los que venían de fuera, para nosotros son las fiestas de la Virgen”. La imagen flamenca del siglo XVI de la Virgen de la Candelaria es el centro devocional de las fiestas de septiembre, patrona y alcaldesa honoraria de Tijarafe.

Según la tradición la víspera de la Natividad de la Virgen (8 de septiembre) el diablo deambula libre y suelto. Esa noche Satanás tiene libre al albedrio para recorrer el mundo, antes que naciera la que le aplastaría la cabeza con sus sagrados pies. La lucha se desarrolla entre bramidos y estruendos infernales. Al final vence El Bien (Virgen) y El Mal (Diablo) escapa despavorido por la plaza que circunda el templo.

Lamentablemente se ha perdido otra vieja costumbre cargada de profundo simbolismo y también digna de ser recuperada. Una vez derrotado el diablo su figura maltrecha y humeante se depositaba delante de la puerta de la iglesia, a modo de homenaje y reconocimiento al triunfo divino de la Virgen de la Candelaria, patrona y alcaldesa honoraria de Tijarafe.

En los mismos umbrales del templo, que no logró traspasar, yacía el Mal vencido y los asistentes se regocijaban de la victoria de la Virgen sobre Satanás.

Danza del Diablo de Tijarafe. Años 80.  Foto: MVH

La suelta del Diablo

La gente, embelesada en la verbena de la madrugada del 8 de septiembre, espera con impaciencia en la plaza de Candelaria, junto a la iglesia, la irrupción del diablo, que llega sigilosamente. Luego, estalla en fuego y colores, en estruendo, música y olores de fiesta. Mientras un cortejo de peculiares mascarones danza entremezclados con el público.

Cientos de voladores y fuegos artificiales de todo tipo van saliendo de su cuerpo antaño de lata y ahora de fibra, pintado de negro. Dentro, un experto voluntario tijarafero lo baila al son de la misma orquesta que animaba la verbena. Todo son carreras. Sin embargo, el diablo no logra vencer: una vez quemada la cabeza, termina apagado en su totalidad, y emprende la huida. Un año más, la Virgen ha triunfado sobre el mal.

Los orígenes más remotos del diablo, según investigaciones de José Luis García Francisco, datan de las primeras décadas del siglo XX y están ligados a un personaje llamado Cataclismo. Posteriormente, los tijaraferos Antonio Cruz, Pedro Brito y Orosio Martín crearon el diablo, bailándolo por primera vez a comienzos de los años veinte. El armazón era de madera y cañas, forrado con tela de sacos y sujeto por arcos, recubriéndolo con una lechada de cal para protegerlo del fuego.

Más tarde llegó el pelele Sinforiano, a modo de una figura humana sobre un barril que permanecía fijo en el suelo, y desde el cual una persona movía por medio de unos hilos la mano de Sinforiano y, aprovechando el fuego encendido, en realidad, una bengala que llevaba en la boca, iba prendiendo los voladores colocados en cada dedo, para concluir con una gran descarga de los situados en su cabeza.

 El Diablo a mediados del siglo XX

Con la explosición de la cabeza termina la danza del Diablo de Tijarafe (2010). Foto: MVH

En la posguerra comienzan a publicarse programas de mano de los festejos de Nuestra Señora de Candelaria recogidos por la prensa insular. En el programa de 1941 figura un enigmático “juegos cómicos organizados por la Comisión de Fiestas” que bien pudiera tratarse del Diablo. Sin embargo, en siguientes ediciones no figura específicamente este número festivo. En la programación de los años 1943 y 1944 no hay referencia alguna a este acto.

En los festejos de 1949 y 1950 pudiera estar nuestro diablo muy escondidito en la programación. En el programa del año 1949 figura entre los regocijos populares: “Cabezudos y sorpresa pirotécnica” y en 1950 “Verbena popular amenizada con una afamada orquesta, con sorpresa a la mitad de la misma”.

Esta “sorpresa pirotécnica” debe ser nuestro personaje. En nuestra opinión el momento sociopolítico, profundamente religioso, pudo ser el causante de evitar, por los eruditos locales, la negación de especificar expresamente el nombre popular de Satanás, Diablo.

A mediados de los años 50 la sociedad fue cambiando y los conceptos religiosos fueron teniendo una lenta apertura. La primera reseña documental concreta el Diablo que conocemos la publica el periódico Diario de avisos el 4 de septiembre de 1957. En primera página el rotativo publica un resumen de los festejos organizados por la comisión, destacando “Presentación del tradicional DIABLO”. Por un lado, habla de “presentación” y por el otro lo califica de “tradicional”. Interpretamos que si en ese año ya era considerado “tradicional” debió estar presente en los festejos con anterioridad a este año. No llegamos a interpretar lo de “presentación”, quizás fuera el año de alguna modificación en la figura diabólica y así lo hizo constar por los organizadores.

En años posteriores, por ejemplo 1959, figura simplemente “Tradicional DIABLO”. Ya en los años 60 se continúa con el mismo calificativo por parte de la comisión de fiesta y por otro lado las crónicas de los corresponsales, en tono jocoso y un punto despectivo, decían: “El desfile de Gigantes y Cabezudos, que como en años anteriores, se verán acompañados por la excéntrica figura del ”Diablo“. [Diario de avisos, 7 de septiembre de 1967]

En la década de los años 60 el Diablo participaba en dos ocasiones en las mismas fechas. Según algunos informantes en alguna ocasión acompañó a la Virgen en su recorrido procesional, en la tarde-noche del 8 de septiembre. Documentalmente nos consta que en 1965 y 1967 el 7 de septiembre a las 24 horas tendría lugar: “Desfile de Gigantes y Cabezudos acompañados del tradicional DIABLO”. El 8 una vez terminada la solemne procesión de la Virgen, con cuadro plástico y fuegos artificiales, a las 23 horas “Se repite el desfile de Gigantes y Cabezudos con el DIABLO”.  

El Diablo y sus guardianes (2018) Foto MVH

Suponemos que este segundo “desfile”, en menos de 24 horas, la carcasa de la figura del Diablo no debía estar “minado” con fuegos artificiales y pudiera corresponder al llamado “Diablo de los niños”. Según información verbal los niños y jovencitos tijaraferos llegaron a “bailar el diablo, una vez quemado”, bien pudiera tratarse de la segunda “suelta” de los años 1965 y 1967. Digno de tener en cuenta y estudiar su recuperación.

La Virgen y la suelta o danza del Diablo en Tijarafe convoca anualmente a miles de personas con un pensamiento común: la lucha, eterna y milenaria, entre El Bien y El Mal.

Danza del Diablo (2018).Foto MVH

Nota: Artículo publicado, por primera vez, en septiembre del año 2013.

María Victoria Hernández, cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)

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