Un arbusto de repoblación descubierto en 2011 en La Caldera produce frutos por primera vez

Frutos del ejemplar  de la especie 'Thesium retamoides (Kunkeliella)'  situado en la parcela 78 experimental de siembra, a casi 1.900 metros de altitud, en las cumbres del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente,

La Palma Ahora

El Paso —

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Uno de los dos únicos ejemplares de repoblación del arbusto Thesium retamoides (Kunkeliella) del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente de la parcela 78 experimental de siembra, situada a casi 1.900 metros de altitud, ha producido este año por primera vez frutos. De esta nueva especie para La Palma, descubierta en 2011, fue localizada en la referida fecha un pequeña población de 30 ejemplares en un bosquete virgen situado, a 1.650 metros de latitud, en el andén de Los Calzones Rotos.

La primera planta de Kunkeliella en La Palma fue descubierta en junio de 2011 en el citado enclave. El entorno solo había sido pisado por expertos en escalada en contadas ocasiones. La repetida cornisa se encuentra en la parte oriental del Parque Nacional. Según expuso entonces Ángel Palomares, director-conservador de La Caldera de Taburiente, el hallazgo “nos servirá para saber cómo debía ser el sotobosque de esa zona La Palma hace dos mil años, cuando llegaron los primeros pobladores”.

En la primavera de 2012 se recogieron 56 semillas, se hizo un inventario del lugar, detectando 37 ejemplares, y se recogieron asimismo pliegos y muestras para su encuadre taxonómico y para un futuro estudio genético. El año 2013, en el mismo lugar, se localizaron otros 32 ejemplares.

El verano de 2012 se halló una segunda colonia con ocho ejemplares, a 1.900 de cota, en acantilados del barranco de Hoyo Verde.

En octubre de 2013 descubrió una tercera, con 27 ejemplares, en la continuación de la de los Calzones Rotos, en los acantilados que siguen hacia el norte, cerca del barranco de Los Breñuscos.

Desde 2011, señala Palomares, se ha rastreado el Parque Nacional, “año tras año y ahora se conocen unos 200 ejemplares, en cuatro localidades, siempre en acantilados”.

En Tenerife, explica, “donde se describió como especie, se conocen unos 3.000 ejemplares. Pertenece a un género que tiene cuatro especies en Canarias, todas de bajas poblaciones, dos de ellas en peligro de extinción y una se ha declarado extinta”. Desde su descubrimiento en el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente “se ha intentado conocer su encuadre taxonómico (haciendo un estudio morfológico y genético de las plantas de la diferentes islas, y se ha visto muy similar a una de las especies de Tenerife)”. También se ha intentado “su reproducción en vivero”, así como “repoblar las pocas plantas que han salido en diversos ambientes para conocer algo más de su ecología, su ciclo vital y las estrategias de supervivencia que tiene” con la finalidad de “proponer medidas que sirvan para incrementar sus poblaciones en el futuro”. Subraya que “ya sabemos que vive mejor junto a plantas de leguminosas que sola, ya que es hemiparásita; que no tiene una floración y fructificación estacional (debe ser otra la causa de su activación)”. Añade que “a veces coinciden flores, frutos verdes y maduros; que puede autofecundarse y dar semillas fértiles. Tras unas primeras colectas de semillas, para probar lo indicado, ahora se está dejando que caigan al suelo, para comprobar si aparece regenerado en ese ambiente de competencia. Tiene buen aspecto y vigor, presenta frutos en diversas fases de maduración. No tiene flores en este momento”. En una visita realizada el pasado 6 de mayo se comprobó que habían entrado arruís “por los excrementos y pelo enganchado en el vallado”. Estos rumiantes, apunta, “se comieron partes de la planta y han desgajado una rama”. Se intenta que “vuelva a soldar fijando la parte dañada”, indica Palomares.

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