La lava cobra fuerza, la ceniza cruza la isla y los vecinos se despiden por segunda vez de sus casas

Erupción de La Palma vista desde Tacande de Arriba este domingo. (ALEJANDRO RAMOS)

Iván Suárez / Jennifer Jiménez

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Falta poco para que sean las siete de la tarde y en Tacande de Arriba, los vecinos que fueron desalojados el pasado domingo por la erupción volcánica apuran los minutos antes de que les obliguen a volver a abandonar sus viviendas. Han acudido unas horas para comprobar el estado de las casas, recoger enseres y limpiar un poco. Cepillos, palas y muchas bolsas es lo que se aprecia en cada una de las viviendas. En las azoteas y escaleras se concentran parte de las familias que comprueban el estado de sus casas y rezan para que el volcán no genere daños en sus residencias. “Si llega la lava, el terreno no valdrá nada”, explica una de las vecinas que no para de limpiar todo. “Cuando viene un incendio u otra catástrofe los terrenos son aprovechables de alguna manera, pero con la lava no es lo mismo”. De hecho, los expertos explican que deben pasar unos 500 años para que estos terrenos vuelvan a ser fértiles. La Palma se encuentra especialmente sobrecogida una semana después de que entrara el volcán en erupción porque sigue habiendo miles de personas evacuadas, pero también porque la lava sigue causando estragos y esta misma tarde destruía una emblemática iglesia en el barrio de Todoque. 

En la finca de aguacateros de Ana, Ricardo y Zuleima han extraído este domingo cientos de palas de cenizas. “Aquí hay entre 50 y 180 kilos”, enseñan. Se encuentran en el tejado de su vivienda tratando de asegurarlo, para que el peso de las cenizas no derrumbe las planchas y limpiando sin descanso. “El domingo nos marchamos a Tijarafe desde que sonó la explosión. Fuimos a casa de un familiar también con las mascotas”, aclara Ana. Afirma que al día siguiente cuando anunciaron la evacuación acudieron a la casa a por más cosas. “Al menos para asegurarnos que lo que más valor tenía para nosotros estaba a salvo”, remarca. Este ha sido un día muy cansado porque han tenido que limpiar a toda prisa y “no es poco”. Zuleima también ayuda a sus padres y asegura que le gusta mucho ir al colegio, que se encuentra en El Paso y que ahora mismo está cerrado hasta nuevo aviso. “Ya perdió clases el curso pasado por la pandemia y ahora esto”, lamenta su madre, que explica que además en pleno mes de agosto la familia también vio muy de cerca el incendio que afectó al municipio. “Nos salvamos de milagro”, señala. El mayor miedo ahora es que el volcán pueda causar un incendio en los terrenos cercanos con el fuego que sale de su boca o que las piedras que “escupe” destrocen la vivienda. 

Las caras de los vecinos de la zona son de cansancio y desasosiego. Algunos explican que no solo están cansados de la situación, también de algunos profesionales de la prensa que no dejan de insistir en retratar el drama que están viviendo, pero “¿se acordarán de nosotros cuando esto pase?” lamenta una vecina, muy indignada con el comportamiento de algunas “estrellas” de la televisión. Mejor “suerte” han corrido los vecinos de la parte de Tacande de Arriba que no tuvieron que ser desalojados el pasado domingo, así como los de Tacande de Abajo y Tajuya, que sí que han podido volver a sus viviendas después de que fueran desalojados el pasado viernes de manera temporal por precaución. Ese día se intensificaron las explosiones y se temió que se rompiera el cono volcánico. 

El río de lava que discurre por la zona norte del volcán de La Palma, por encima de coladas anteriores, ha ganado velocidad este domingo por la tarde y ha irrumpido con fuerza en el barrio de Todoque, sepultando, entre otras edificaciones, la iglesia y el centro de salud. El comité científico del Pevolca (Plan de Emergencias Volcánica de Canarias ) ya había advertido en la rueda de prensa del mediodía de que esta colada descendía con fluidez, al contrario de la que circula por el sector sur, que avanza a unos 30 metros por hora, que ha recorrido alrededor de 2,5 kilómetros y que ha afectado a nuevas zonas, eriales y pastos. Los expertos ya apuntaban desde por la mañana que la tendencia era que ambos ríos de lava se unieran. Por la mañana, el Cabildo de La Palma había permitido a los vecinos de Todoque retirar pertenencias de sus viviendas. 

La ceniza también ha sido protagonista de la jornada. En Santa Cruz de La Palma, donde este sábado apenas se percibían estas partículas, este domingo sí que cobraba intensidad. Vehículos, patios, mesas, sillas… amanecía impregnado de esta especie de arenilla de color negro que puede afectar a la respiración. La suspensión de clases se ha extendido este lunes a los colegios de la capital palmera y a Breña Alta ya que los centros lo han solicitado a la consejera de Educación para poder limpiar y poner a punto estos espacios. No obstante, se prevé que este mismo martes se reanude la actividad lectiva. Permanecen cerrados los centros educativos de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte, municipios afectados directamente por el volcán y donde se está evaluando la situación. 

La colada del norte gana velocidad

Los indicadores registrados en las últimas horas apuntaban a una estabilización del proceso eruptivo. Así lo anunciaba la directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, que señalaba que se había producido un descenso de la sismicidad, del tremor sísmico (vibraciones producidas por la circulación de fluidos dentro del edificio volcánico), y de las deformaciones sobre la superficie. El Involcan (Instituto Volcanológico de Canarias) informaba en idéntico sentido y hablaba de un proceso de deflación. Es decir, de “una disminución de la presión en el sistema magmático” que, sin embargo, no supone “necesariamente” que la erupción esté cerca de llegar a su fin.  

Los científicos recuerdan que el volcán, que no ha dejado de rugir en todo el domingo, en momentos con fuerza, puede seguir experimentando episodios de mayor explosividad que se sientan en un radio de cinco kilómetros desde el centro emisor. Insisten en que es un comportamiento típico de los procesos eruptivos de tipo estrombolianos, como los que se dan en Canarias, con la actividad concentrada en el cono de Cumbre Vieja.  La directora del IGN en Canarias ha anunciado que se volverá a realizar una modelización digital de los terrenos para obtener más información sobre los caminos que puede recorrer la lava, que avanza a una temperatura de 1.237 grados. 

Los efectos de la erupción volcánica se han trasladado también este domingo a la otra dorsal de la isla. El viento, que soplaba en altura en dirección suroeste, ha desplazado las cenizas hacia la capital, Santa Cruz de La Palma. También ha afectado a los municipios de Villa de Mazo, Breña Alta, Breña Baja y Puntallana. El director del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha asegurado que las condiciones actuales no afectan a la calidad del aire, “que sigue siendo bueno” a pesar de que el volcán emite unas 25.000 toneladas diarias de dióxido de azufre, aunque ha recordado la necesidad de respetar las medidas de seguridad, esto es, el uso de mascarillas de tipo FPP2, de gafas de protección tipo máscara y de guantes y ropa de manga larga cuando se realicen labores de limpieza en las azoteas y patios de las viviendas y en la calle.

En cuanto a las comunicaciones, Aena anunciaba este domingo la recuperación de la operatividad en el aeropuerto de La Palma después de los trabajos de limpieza de la pista, aunque los vuelos continúan cancelados porque las aerolíneas consideran que no se dan las condiciones de seguridad requeridas. 

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