Asesinos de Buesa reconocen que prepararon atentados durante la tregua del 98

MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

Los miembros del comando 'Ituren' de ETA, Asier Carrera Arenzana, Luis Mariñelarena Garciandía y Diego Ugarte López de Arcaute, -que cumplen condena por el asesinato en 2000 del socialista, Fernando Buesa y de su escolta, Jorge Díez-, han reconocido en la Audiencia Nacional que durante el alto el fuego decretado por la banda entre septiembre de 1998 y diciembre de 1999 realizaron informaciones sobre objetivos, entre ellos la referida al portavoz del PSE en el Parlamento vasco, “para un futuro, por si la tregua se rompía”.

Así lo han manifestado los tres terroristas durante su comparecencia como testigos en el juicio que se ha celebrado ante la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional contra el ex jefe militar de ETA Francisco Javier García Gaztelu, 'Txapote', quien se enfrenta a la pena de 105 años de cárcel por ordenar el asesinato de Buesa.

Mariñelarena ha identificado a 'Txapote' como su jefe e interlocutor con la dirección con la banda, si bien ha negado que le ordenara este atentado, mientras que el resto de miembros del comando negaron conocerle antes de hacerlo en prisión o por sus apariciones televisivas.

Por su parte, el ex dirigente etarra se ha negado a participar en la vista limitándose a decir, en euskera, que no reconocía al tribunal y que “todo lo que tenía que decir ya está dicho”.

FIRMEZA DE MURILLO

'Txapote' ha intentado hacer estas afirmaciones nada más comenzar la vista, lo que ha obligado a la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, a pedirle firmemente que se callara para que la intérprete de euskera pudiera prestar juramento. Tras escuchar que el acusado no tenía intención de contestar ninguna pregunta, la magistrada ha señalado: “Muy bien. Está en su perfecto derecho”.

Murillo ha intervenido de nuevo un poco más tarde, cuando entró a la sala Asier Carrera, quien ha tratado de saludar a 'Txapote' intercambiándose gestos. La magistrada ha cortado radicalmente sus intenciones y ha ordenado al testigo que parara porque no estaba “en un restaurante”. “Cállese, no hable con el señor de atrás” le ha espetado a Carrera, quien sin embargo ha manifestado que sólo conocía a García Gazgelu de la cárcel.

SEGUIMIENTOS DURANTE LA TREGUA

Durante su declaración, Carrera ha negado que 'Txapote' diera la orden a su “comando” e incluso haber estado en reuniones en Francia con miembros de la dirección, alegando que las labores de cada uno “estaban compartimentadas” por cuestiones de seguridad. Sí ha reconocido, a preguntas del fiscal Daniel Campos, que las informaciones sobre Buesa las realizó durante la tregua.

En este mismo asunto ha incidido Marileñarena, que ha reconocido la realización de seguimientos a diferentes personalidades durante la tregua que ETA decretó durante el Gobierno de José María Aznar. A preguntas del fiscal sobre la razón de estos seguimientos en periodo de alto el fuego, el etarra ha manifestado que se hacían “para el futuro”.

Esta misma explicación es la que ha dado el también testigo Diego Ugarte a preguntas de la magistrada Murillo. “No podíamos atentar, pero eso no quería decir que no pudiésemos hacer informaciones para el futuro, por si se rompía la tregua, imagino que para eso”, ha manifestado el miembro de ETA.

El testimonio más contundente contra 'Txapote' ha sido sin embargo el de Marileñarena, que le ha identificado como “responsable” frente al “comando Iturbe” del que recibía instrucciones, si bien ha negado que le diera la orden concreta de atentar contra el portavoz del PSE. Además, ha dicho que en Francia se reunió con otros “responsables” de la banda. “No teníamos autonomía, pero tampoco citas semanales”, ha dicho.

Seguidamente han prestado declaración varios agentes de la Ertzaintza que participaron en las tomas de declaración del “comando Iturbe”, además de los peritos que realizaron diversos informes técnicos sobre el atentado.

En la sala de vistas se encontraba Mikel Buesa, hermano del asesinado, así como varios integrantes del Foro de Ermua, como su presidenta, Inma Castilla de Cortázar, quien ha manifestado antes del inicio de la sesión que el asesinato del que fuera portavoz socialista en el Parlamento de Vitoria que fue “un punto de inflexión” junto con el del concejal Gregorio Ordóñez. Ha añadido que ambos están muertos, mientras todos los candidatos de ETA y del nacionalismo “siguen vivos”.

“No podemos dar impunidad a ETA para que nos mate -ha señalado Castilla de Cortázar-. ETA no nos puede ganar porque promete no matar, a base de mas poder, impunidad y financiación e imponernos sus objetivos de siempre, es inadmisible”.

MACABRA ELECCIÓN

En su escrito de acusación, que ha elevado a definitivo con excepción de un aumento en la indemnización para los hijos del escolta asesinado, el fiscal Daniel Campos atribuye a 'Txapote' dos asesinatos terroristas, dos delitos de lesiones --porque otras dos personas resultaron heridas en el atentado--, uno de estragos terroristas y un cuarto de falsificación de documento oficial.

“La macabra elección de qué familias se iban a vestir de luto le correspondió a Txapote”, ha señalado el fiscal Campos durante la exposición de su informe.

Además, ha solicitado a la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal, que juzgará estos hechos, que obligue al dirigente etarra a indemnizar a los herederos de los asesinados y que se le prohíba acercarse a Vitoria o a menos de 5 kilómetros del lugar de residencia de sus viudas e hijos.

Según el representante del Ministerio Público, la dirección de ETA acordó atentar contra dirigentes del Partido Socialista de Euskadi (PSE) tras romper el 3 de diciembre de 1999 la tregua que había decretado en septiembre de 1998, tras firmar con el PNV y otras fuerzas nacionalistas el acuerdo de Lizarra.

García Gaztelu, que era en ese momento jefe de los 'comandos' ilegales de la banda, ordenó a los miembros del 'Ituren' Asier Carrera Arenzana, Luis Mariñelarena Garciandía y Diego Ugarte López de Arcaute, ya condenados por estos hechos, que elaboraran una información completa y atentaran contra Buesa, que ocupaba el cargo de portavoz del PSE en el Parlamento vasco.

Tras tres intentos fallidos, en la mañana del 22 de febrero de 2000 los terroristas colocaron una furgoneta Renault Exprés cargada con 20 kilos de dinamita y bolas de metal a modo de metralla que hicieron estallar al paso del diputado y su escolta, que se desplazaban desde el domicilio del parlamentario hasta la sede socialista en la capital vasca.

La explosión causó la muerte en el acto del diputado socialista y su escolta, heridas a otras dos personas y daños materiales que fueron valorados en casi 150.000 euros. El atentado fue reivindicado por ETA el 8 de marzo de 2000 a través de sendos comunicados que fueron remitidos a los diarios Gara y El Mundo.

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