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Palabra de rey
Cuando el rey pronunció su discurso de Nochebuena desde su palacio, el diputado Gabriel Rufián lo criticó con su preclara lucidez por la contradicción de denunciar el problema de acceso a la vivienda de los españoles mientras el jefe de Estado vive en una mansión que pagamos todos los españoles.
De la hipocresía institucional no se escapa ni la monarquía ni los gobiernos, pasando por parlamentos y ayuntamientos. Es una plaga insufrible. Por ejemplo, el PP siempre alaba el mensaje navideño del rey incluso cuando dice cosas que el PSOE y el Gobierno han reivindicado antes con tan poco éxito.
Feijóo nunca aplaude al PSOE y al Gobierno, aunque estos coincidan con el rey con el que la derechona se comporta como si fuera un súbdito. Y eso que también hay mucha gente republicana de derechas. Dentro de un orden.
Es sabido que el que supervisa todos los discursos del rey es el Gobierno de turno. O sea, que Pedro Sánchez dio el visto bueno al discurso navideño del rey antes de que lo pronunciara en la Nochebuena por televisión a todos los españoles. Bueno, solo a los que lo quisieron escuchar, que es una parte minoritaria de los españoles
Los puntos del discurso también los suscribía el Gobierno, pero el PP es siempre tan adulador con las instituciones monárquicas que aplaudía al monarca hasta con las orejas sin darse cuenta que de paso estaba también aplaudiendo a Pedro Sánchez, aunque no sea capaz de reconocerlo públicamente.
Esto indica que muchas veces la política entre oposición y Gobierno es falsa y teatrera. Es incomprensible que la oposición critique exageradamente cada propuesta del gobierno y a la vez aplauda esa misma propuesta si sale de la boca del jefe del Estado.
En el fondo, los discursos del rey no dejan de ser discursos del gobierno de turno, aunque pronunciados por el monarca. En la lógica de la oposición esta tendría que criticar igualmente el discurso navideño de Felipe VI ya que está ratificado y dado el visto bueno desde La Moncloa y no desde La Zarzuela, pero Feijoo es demasiado pelota como para atreverse a eso.
Este paripé de la oposición es inmoral y cansino. Cuando hace sus críticas al Gobierno rechaza las propuestas de este sin haberlas leído. En cambio, esa misma propuesta dicha por el rey, como si fuera un muñeco de un ventrílocuo gubernamental, son aplaudidas de manera inmediata y automática solo por venir de quien viene. Por no hacerle el feo a La Zarzuela.
Haría bien la oposición comportándose como una alternativa de gobierno maduro, y no como un chiquillaje sectario que solo aplaude el vasallaje a la monarquía y no lo que dice un gobierno legítimamente democrático, que coincide con su señor.
No nos merecemos a estos políticos, aunque cada pueblo se merezca a sus gobernantes por haberlos votado. En todo caso, se lo merecen quienes lo votan, pero no el resto, que somos mayoría.
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