Para muchos, esta es la iglesia más antigua de Gran Canaria, erigida por los monjes franciscanos que llegaron a la isla en misiones evangelizadoras entre los siglos XIV y XV, pero una reforma realizada en el siglo XIX impide hacer un estudio para conocer la fecha exacta de su construcción.
Esto, sin embargo, no ha evitado que muchos historiadores lleven años resaltando el gran valor histórico del lugar. Al principio era solo un agujero en la roca, una cueva en la que orar y donde franciscanos, y también comerciantes mallorquines en sus numerosos viajes, llegaban para rendir culto a Santa Águeda. De aquellos primeros visitantes queda en la vieja ermita una tabla de madera con la virgen pintada, que también se considera que pudo ser una imitación anónima del estilo balear, realizada en el siglo XVII.
Más allá de su valor histórico, la ermita también ha sido un lugar de referencia para los vecinos de El Pajar (San Bartolomé de Tirajana).
Pero nada de lo anterior logró proteger este enclave del paso del tiempo y así, siglo tras siglo, se fue deteriorando hasta que, finalmente, el Cabildo de Gran Canaria financió su ansiada restauración.
Acto de reapertura de la Ermita de Santa Águeda tras su rehabilitación.
Acto de reapertura de la Ermita de Santa Águeda tras su rehabilitación.
Retrato de la virgen en al ermita de Santa Águeda.
Retrato de la virgen en al ermita de Santa Águeda.
Objetos de la ermita de Santa Águeda, tras la restauración.
Objetos de la ermita de Santa Águeda, tras la restauración.
La tabla de Santa Águeda, antes de la restauración de la ermita.
La tabla de Santa Águeda, antes de la restauración de la ermita.
Altar de la ermita de Santa Águeda.
Altar de la ermita de Santa Águeda.
La toba volcánica original fue cubierta de cemento y se colocaron tubos de luz fluorescente. Así se veía antes de la restauración.
La toba volcánica original fue cubierta de cemento y se colocaron tubos de luz fluorescente. Así se veía antes de la restauración.
Interior de la ermita de Santa Águeda, ya restaurada.
Interior de la ermita de Santa Águeda, ya restaurada.
Asistentes a la reapertura de la ermita de Santa Águeda tras su rehabilitación.
Asistentes a la reapertura de la ermita de Santa Águeda tras su rehabilitación.
Una vecina, en el interior de la ermita antes de su restauración, con desperfectos en paredes y techo.
Una vecina, en el interior de la ermita antes de su restauración, con desperfectos en paredes y techo.
Acceso a la ermita de Santa Águeda tras su rehabilitación.
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