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Ferraz cortocircuita la moción de censura en La Frontera y abre una crisis interna en el PSOE de El Hierro

Alpidio Armas. (ACN PRESS)

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

La dirección federal del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha conseguido paralizar la moción de censura que tres concejales iban a presentar este sábado contra la alcaldesa del municipio herreño de La Frontera, Melissa Armas. Y lo ha hecho después de que los tres ediles díscolos recibieran en stéreo (primero por burofax y, luego, por entrega en mano presencial) que habían sido expulsados del partido. Horas después, los otros censurantes (Unión Frontera) también retiraban su propuesta.

Y si bien con esta decisión mantiene apuntalado el cada vez más frágil Pacto regional, lo cierto es que supone un nuevo desgarro en las filas socialistas, toda vez que el líder del partido en la Isla, Alpidio Armas, está sopesando seriamente abandonar el PSOE, la secretaría insular y su acta en el Cabildo. Justo lo que ha pedido la líder de los nacionalistas herreños, Belén Allende, que se ha negado reiteradamente a pactar con los socialistas en el Cabildo mientras Armas fuese consejero insular y líder del PSOE.

“La expulsión no es suficiente” reiteraba Allende en los micrófonos de varios medios de comunicación horas antes de que ésta fuese efectiva y frenara la moción de censura.

Y es que la decisión del todavía líder de los socialistas herreños tiene mucho que ver con el sentir de la práctica totalidad de los militantes herreños y dirigentes: una vez más, el PSOE, por ser leal a su dirección federal y mantener el pacto regional ha claudicado ante manifiestos incumplimientos previos de sus socios, que pactaron en el Cabildo con NC y con el PP en Valverde. Igual que sucedió en Santa Cruz de Tenerife, La Laguna o Puerto de la Cruz. O en el Cabildo de Lanzarote.

Por ello, varios miembros de la Ejecutiva insular y regional están intentando que Armas reconsidere su primera reacción, pues creen que, además de frenar la censura en La Frontera, el PSOE no puede entregar la cabeza de su líder, como pretenden su adversarios insulares y, sin embargo, socios regionales.

Es en este escenario, en el que desde la retirada de la moción de censura quedan sin efecto las medidas disciplinarias federales, donde comienza la tarea más difícil: restañar las heridas entre los dirigentes insulares de los dos principales partidos implicados para hacer extensivo a todas las instituciones herreñas el pacto suscrito a nivel regional y, además, que el PSOE se desvertebre en la Isla, como ya sucedió hace meses en La Gomera y, en la pasada legislatura, en La Palma.

Si de lo que se trata es de dar estabilidad a las instituciones herreñas, como ha dicho el presidente de la gestora de Tenerife y miembro de la Mesa del Pacto, Héctor Gómez, lo cierto es que la misma estaba a condicionada a que Alpidio Armas no fuera vicepresidente del Cabildo y ni siquiera miembro del equipo de gobierno insular, como han dicho por activa y por pasiva esta semana los dirigentes de AHI-CC.

Por ello, lo único que existe en estos momentos, tras varias reuniones de las mesas del Pacto regional e insular es un documento en el que no se detallan las responsabilidades que ocupará cada uno de los partidos en las diferentes corporaciones.

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