CC defiende el tren como “la única solución” para mejorar la movilidad en Tenerife, pese a que un estudio lo relegó a la última opción
Esta semana se llevó a cabo la firma de sendos convenios por los que el Gobierno de España se ha comprometido formalmente a participar en la futura construcción de los trenes en Tenerife y Gran Canaria, un “día histórico” para la movilidad de ambas islas, y un “ansiado sueño” que ha liderado el Cabildo de Tenerife, al igual que en el de Gran Canaria. No obstante, en el caso de la corporación tinerfeña, un estudio encargado por el propio Gobierno insular, valoró como mejor alternativa del plan de movilidad priorizar los carriles bus y relegó este medio de transporte a un segundo plano.
Ambos convenios se sellaron en presencia del presidente de Canarias, Fernando Clavijo, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, el secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, el consejero de Obras Públicas de la comunidad, Pablo Rodríguez, y ambos presidentes insulares; Antonio Morales, en el caso de Gran Canaria; y Rosa Dávila, en Tenerife.
Se trata del penúltimo paso necesario para dotar de esta infraestructura a ambas islas, con líneas ferroviarias que conecten sus capitales con los centros neurálgicos de desarrollo turístico y económico de la parte sur de las islas capitalinas.
El paso definitivo será la firma del convenio plunianual de las obras, que fijará las cantidades que aportará el Gobierno español para la construcción de ambas líneas. Unas inversiones que también buscará la implicación de la Unión Europea con el argumento de que resultarán claves para descarbonizar el transporte terrestre en Canarias, según resaltaron el presidente canario, y el ministro de Política Territorial, el pasado miércoles durante la firma.
Fernando Clavijo ya insistió en repetidas ocasiones que para mejorar la movilidad y reducir los atascos en las islas de Gran Canaria y de Tenerife, “hay que potenciar el transporte público y los proyectos de los trenes”. Lo dijo en el Parlamento de Canarias, el pasado mes de mayo, en respuesta al diputado de ASG, Casimiro Curbelo, sobre los proyectos de cooperación de inversión para solucionar los colapsos de las principales vías de ambas islas.
En el caso de Gran Canaria, firmado el convenio el pasado miércoles, 3 de septiembre, comunicará la capital con Maspalomas, en el sur de la isla, al reconocer como obra de interés público para el Estado esa línea, que costará alrededor de 2.000 millones de euros.
En Tenerife, la firma fue el jueves, 4 de septiembre, un día después que en Gran Canaria. El objetivo, una vez se consigan los fondos, es arrancar con la primera fase del proyecto del sur que uniría San Isidro con Costa Adeje, con un coste aproximado de unos 950 millones (toda la línea tendrá un presupuesto de unos 2.500 millones).
No obstante, el proyecto debe ser actualizado y volver a pasar por el trámite de Declaración de Impacto Ambiental (DIA) dado que la anterior caducó.
Clavijo ha afirmado que se está “más cerca que nunca” de tener trenes en Tenerife tras “muchos años” de debate, ha destacado el “liderazgo” del Cabildo en los proyectos y recordado el “éxito” del tranvía como modelo de movilidad sostenible.
Coalición Canaria lleva años asegurando que es “la única solución” o que “no hay otra posibilidad” para mejorar la movilidad en la isla. No obstante, hay que recordar que un estudio elaborado por la empresa Tema Ingeniería, y encargado por el propio Cabildo de Tenerife a principios de año, arrojó datos contradictorios a las afirmaciones de la propia corporación insular.
El documento incluía una valoración de hasta 17 alternativas que plantean infraestructuras de transporte a estudiar por las administraciones en las próximas décadas “con una óptica de sostenibilidad”.
Ahora bien, los resultados del estudio indicaban que la más idónea es la que prioriza la implantación de tres carriles Bus-VAO, aparcamientos disuasorios, ampliaciones del tranvía y relega a un segundo plano la construcción de trenes.
La evaluación de las alternativas fue realizada siguiendo un análisis multicriterio, que compara y selecciona la más adecuada desde todos los puntos (económico, social, funcional y ambiental).
Las propuestas fueron examinadas considerando, entre otras cosas, los correspondientes costes de construcción y explotación, la demanda obtenida en las simulaciones, los ahorros de tiempo que representan y los impactos medioambientales, como la ocupación de suelo o emisiones.
Y entre las 17 opciones presentadas en el estudio, la más valorada por los firmantes del PIMSIT fue la que engloba proyectos de carreteras en redacción, carriles BUS-VAO, ampliaciones de la red del tranvía, y aparcamientos disuasorios en la TF-1, TF-5 y también fuera de corredores insulares.
Incluso los autores del estudio reconocen que la isla de Tenerife “se ha quedado claramente rezagada en la aplicación de políticas decididas a favor de un cambio en el reparto modal hacia modos públicos y no motorizados”. Y que la situación actual muestra porcentajes “realmente bajos” respecto al uso del transporte público “a pesar de la amplia cobertura que presenta en la isla”.
Entre las principales causas; la dispersión poblacional, accesibilidad del sistema viario y facilidad del vehículo privado en la red interurbana.
Tenerife (al igual que Canarias, en general) fue ordenada para que los coches alcanzaran prácticamente cualquier punto del territorio. Y eso hace muy compleja la movilidad sostenible que pretende instaurarse ahora, según el estudio.
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