La cúpula de la entidad quería cobrar 1,4 millones

La Fundación de CajaCanarias que pretendía dirigir Álvaro Arvelo antes de que fuese intervenida en marzo por el Gobierno de Canarias iba a destinar 1,4 millones de euros a los sueldos de sus cargos directivos, lo que aproximadamente supondrían unos 73.000 euros al año por cada integrante.

Asimismo, y pese a haberse rebajado en un 35 por ciento los fondos que iba a gestionar la Fundación con respecto a 2012 (de 13 millones a tan solo 9 millones), los promotores de la misma incrementaron en un 60 por ciento la plantilla de la misma, pasando de 13 a 20 personas.

Así lo ha desvelado el consejero de Economía, Hacienda y Seguridad, Javier González Ortiz, durante la sesión de control al Ejecutivo e instado por el Grupo Popular, cuya diputada Cristina Tavío acusó al presidente Paulino Rivero de haber intervenido el organismo por intereses puramente políticos.

“La estructura estaba claramente sobredimensionada, pues no es concebible que se necesitaran 20 personas para gestionar menos fondos que antes”, afirmó González Ortiz.

Dudosa viabilidad

Pero, además, el consejero consideró que la Fundación, tal y como se había proyectado, “era, como mínimo, dudosamente viable”, toda vez que Caixabank (entidad que absorbió a CajaCanarias) ha reducido en un 68 por ciento los beneficios respecto a 2011 debido a la reestructuración del sistema financiero español.

Así, y teniendo en cuenta que la Fundación se financia con los dividendos de Caixabank, y que ésta solamente destinará un total de 50 millones de euros para las fundaciones repartidas por todo el territorio nacional, a la de CajaCanarias solamente le corresponderían unos 400.000 euros.

Con estos números, González Ortiz dejó en el aire la respuesta a la pregunta de dónde pensaban sacar los dirigentes de la Fundación el dinero necesario para completar los7 millones de euros que pensaban gestionar.

“El grueso del patrimonio quedaba fuera de control, por eso no se autorizó su reconversión en Fundación, porque no hay que olvidar de quien es el patrimonio original de las cajas, de todos los ahorradores canarios, aunque algunos pretendan olvidarlo”, afirmó el consejero.

Una aseveración de fue contestada por Tavío al afirmar que “el único que confunde el patrimonio de la Caja el presidente Rivero, que creyó era suyo”.

“Rivero necesitaba tomar el poder de la Fundación de la Caja para controlar su propio partido, pues controlando ésta Fundación recuperaría el apoyo de sus líderes municipales y con ello su camino hacia su propia relección”, acusó Tavío desde el estrado.

Intervencionismo populista

Para la conservadora, “la gestora, además, es política y pretende que ese patrimonio quede bajo su control y al servicio de sus intereses electoralistas”.

“¿O siguen pretendiendo que nos creamos que su gestora de 2 militantes socialistas y 2 militantes de CC si es independiente?”, insistió.

Para la diputada, “flaco favor le hacen al pueblo que dicen defender, y que en realidad quieren controlar por la vía de este intervencionismo populista que ustedes pretenden seguir imponiendo”.

Y, por último, “el partido que ganó las elecciones en Canarias” pidió la dimisión de González Ortiz si la Justicia falla en este asunto en contra del Ejecutivo.

“¿Quién pagará este atropello? ¿Responderán el señor Rivero y usted con su patrimonio? ¿O vamos a seguir pagando del dinero de todos la multitud de batallitas que ustedes pierden en los juzgados?”, concluyó.

El PP se quedó solo en sus críticas y acusaciones al Gobierno, pues incluso el Grupo Mixto apoyó la intervención de la Fundación para salvaguardar el interés general.

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