La oposición en bloque acusa al Gobierno de mentir reiteradamente a los ciudadanos

El vicepresidente del Ejecutivo, Pablo Rodríguez.

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

“Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti”. Esta cita del filósofo Friedrich Nietzsche usada este martes por la presidenta del Grupo Socialista, Patricia Hernández, en el debate parlamentario sobre la política de comunicación del Gobierno en minoría que preside el nacionalista Fernando Clavijo, resume el diagnóstico que toda la oposición hace del Ejecutivo canario, aunque ninguno de los portavoces ha pedido responsabilidades y, ni mucho menos, se ha aventado la posibilidad de una moción de censura.

Con la crisis estival de la proliferación de las cianobacterias en aguas canarias de fondo, los grupos parlamentarios, sin excepción, han criticado la “política de comunicación partidista” que lleva a cabo el gabinete en asuntos vitales para la ciudadanía, como las listas de espera sanitarias, la Ley de Dependencia o la toxicidad del incendiado buque Cheshire cerca de las Islas.

“El Gobierno tiene la mentira por norma, lo que es insostenible, y deben dejar ya de ser el Gobierno de la mentira”, aseguró Hernández en la tribuna de oradores para, posteriormente, incidir en que “dijeron que no había ninguna relación entre los vertidos al mar y las microalgas; lo afirmaron tajantemente sin un estudio previo y, cuando lo tuvieron, resulta que no dice eso”.

Nadie les cree

Para la socialista, “el problema es que ya nadie les cree”, pues en su opinión “es hasta cómico que el presidente hunda un barco que sigue navegando” o que la consejera de Políticas Sociales siga asegurando que los datos del Imserso sobre la Dependencia en Canarias son falsos o que Clavijo “diga que los tiempos de espera en Sanidad son ahora mejores que hace un año cuando no es así”.

Hernández recordó que durante su etapa como vicepresidenta y consejera de Políticas Sociales “nunca tuve problemas con los datos del Imserso”, así que “ahora alguien miente, o la ministra o la consejera”, por lo que “si creen que se están manipulando los datos de Canarias ya están tardando en pedir la dimisión de la ministra”.

“Luego, cuando se les descubre la mentira, el presidente echa la culpa a la delegada del Gobierno, al periódico Diario de Avisos, a Román Rodríguez [líder de NC] o a Ignacio Lavandera [portavoz parlamentario del PSOE], pero nunca es culpa suya”, insistió Hernández.

Una tesis que reiteró el líder y portavoz de Nueva Canarias (NC), Román Rodríguez, para quien “este verano se ha evidenciado la ausencia de liderazgo del Gobierno en una crisis de salud pública, endosando la culpa a los medios, a las redes sociales, a la oposición; a todos. Se retrataron”.

“La gente les ha tomado la medida y ya no se cree a este Gobierno”, remachó Rodríguez.

Gobernar mal y comunicar peor

En parecidos términos, la portavoz del Grupo Popular, Australia Navarro, afirmó que “este Gobierno gobierna mal y comunica peor”, porque “no es un modelo de transparencia ni de credibilidad, ya que no escuchan nada más que a su propia sinrazón”.

“La realidad no se soluciona negando lo evidente. o mirando por otro lado esperando a que la marea se lleve las microalgas o diciendo, como hizo el presidente, que el 99 por ciento de los vertidos en Gran Canaria no estaban tratados”, insistió la portavoz de los conservadores.

Para Navarro, todo es fruto de que “no asumen que están en minoría, que no tienen a nadie al lado para echarle las culpas ni en frente una oposición que les escuche sus razonamientos”. “La política del Gobierno hace aguas por todos los lados,y no precisamente son aguas depuradas, son aguas turbulentas”, remachó.

Por su parte, la portavoz de Podemos, Noemí Santana, “la comunicación del Gobierno es partidista, no va dirigida a los intereses de la ciudadanía, sino a los suyos propios”, como lo demuestra que “en asuntos de calado, usan medios de comunicacióm afines y nunca comparecencias públicas”.

Hasta el Grupo Mixto, que tradicionalmente apoya al Ejecutivo de Clavijo en votaciones trascendentales para el gabinete, se ha desmarcado esta vez y la diputada Melodie Mendoza echó en cara al Ejecutivo que “existe un problema en la comunicación del Gobierno y los ciudadanos les han dejado de creer; ante situaciones preocupantes, los ciudadanos necesitan una seguridad que el Gobierno no les ha dado”.

Una boa constrictor 

Ante esta avalancha de críticas, el vicepresidente del Ejecutivo, Pablo Rodríguez, acusó a la oposición de “desinformar deliberadamente” para “convertir una serpiente de verano en una boa constrictor en el cuello del Gobierno”.

“La verdad no les sirve y por eso nada de lo que hace el Gobierno es suficiente. Podríamos haber salido a informar a la opinión pública el triple de veces, pero la información habría sido la misma siempre, porque no hemos ocultado nada y se basaba en informes de técnicos profesionales con experiencia y solvencia”, se defendió Rodríguez.

El número dos del gabinete negó en dos ocasiones que el presidente Clavijo dijera que el 99 por ciento de los vertidos de aguas al mar en Gran Canaria no estaban tratados, e insistió en que los datos son que “71 de los emisarios que vierten agua al mar en Gran Canaria no están autorizados y se desconoce si tratan las aguas”.

“Hay un problema real, no solo en Gran Canaria, pero en Gran Canaria también”, insistió el también titular de Obras Públicas y Transportes mientras Navarro pedía “saber la verdad” y que se pongan de acuerdo el Gobierno y el Cabildo de Gran Canaria “para resolver este problema, que no se hará si ustedes no se ponen de acuerdo”.

Solo la nacionalista Guadalupe González salió en defensa del Gobierno, con los mismos argumentos que el vicepresidente, acusando a la oposición de usar la alarma social generada por las cianobacterias para atacar al Ejecutivo.

“En la demagogia instalada tan profundamente, al final perdemos todos. Y puede que a nosotros los ciudadanos no nos crean, pero a ustedes tampoco”, concluyó la portavoz nacionalista.

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