El fuera de ordenación del barrio de El Toscal se reduce un 75%
El Toscal verá reducido el número de edificaciones en situación de fuera de ordenación en un 75%, lo que supone equiparar la zona a la media que se quiere alcanzar en el resto del municipio. Sin embargo, en el caso de este barrio tradicional de Santa Cruz, la carga urbanística llegó a afectar a más de 200 inmuebles, casi la mitad de las construcciones existentes y ahora se limita a 50. La Plataforma en contra del Plan General de Ordenación elaboró en 2010 un censo de las construcciones que se encontraban en esta situación que ha sido aceptado en general por la Gerencia de Urbanismo y que localizaba hasta dos centenares de inmuebles en situación de fuera de ordenación.
Sin embargo, a raíz de la modificación de la Ley del Territorio aprobada este año se distinguen dos categorías, como son los edificios en régimen de consolidación que serán aquellos disconformes con los planeamientos pero que se construyeron con todos los permisos y los estrictamente en situación de fuera de ordenación. En este último caso se trata de los edificados sin títulos pero que pueden ser legalizables.
En la primera categoría entrarían 41 construcciones y en la segunda apenas 9. Por lo tanto, a partir de ahora sólo quedarán dentro del estricto régimen de fuera de ordenación las edificaciones que superen las alturas permitidas o incumplan las alineaciones fijadas en el Plan General de Ordenación (PGO) y el Plan Especial de El Toscal. De hecho, y ya de entrada se apunta que todos los inmuebles que tengan algún tipo de protección no podrán ser calificados como fuera de ordenación, lo que tiene su importancia en un barrio declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Estos edificios se regularán a través de una ficha arquitectónica singularizada para cada uno de ellos.
En el Plan Especial de El Toscal se apunta que como consecuencia de esta protección con categoría de conjunto histórico, el documento que se encuentra en la actualidad en información pública busca proteger el conjunto y conservar sus valores ambientales y arquitectónicos. Por ello se prohibirán las intervenciones que introduzcan elementos que devalúen la fisonomía histórica, tanto en lo que se refiere a sus edificaciones como a los espacios libres.
Precisamente, uno de los grandes problemas a los que se enfrentaron los redactores del Plan Especial fue la ordenación de las alturas dada la gran diferencia y variedad que existe en este núcleo. Así se distingue un parque inmobiliario tradicional de finales del siglo XIX y principios del XX, formado por viviendas populares de entre 1 y 3 plantas y ciudadelas de una sola. Luego hay otro grupo de edificaciones desarrollado en el siglo XX que llega hasta las siete alturas que se distribuye entre las calles San Miguel, El Saludo y San Juan Bautista hacia el mar. Aquí se localiza también la mayor concentración de usos comerciales, de oficinas y servicios instalados en los bajos de edificaciones destinadas a residencias colectivas.
Otra de las características del barrio es su gran densidad media que alcanza los 207 habitantes por hectárea aunque está desigualmente repartida. Así aumenta en el triángulo formado por las calles La Rosa, La Marina y Emilio Calzadilla y se reduce en el conjunto histórico donde reside una población que “con vistas a una renovación urbana proteccionista, deberá ser asesorada y ayudada económicamente, por carecer de medios propios para abordar de manera individual dicho proceso”.
En referencia al grave deterioro que presentan las edificaciones más antiguas de este barrio habitado por personas mayores y sin demasiado recursos económicos a quienes les resulta muy complicado el mantenimiento de estas grandes casonas.