El volcán arroja cada día 109 toneladas de dióxido de azufre
El volcán de La Restinga ha vuelto por sus fueros. Este martes se han intensificado los burbujeos como consecuencia de una mayor expulsión de gases, según han confirmado a este periódico fuentes del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Pero “el tremor sigue igual estable”. La novedad mas destacada en esta jornada ha sido consecuencia directa de los gases y su composición: han vuelto a verse frente a las costas de El Hierro peces muertos, un espectáculo doloroso para la población, que empieza a mostrarse indignada con su situación.
Nemesio Perez, director del Instituto Volcanológico de Canarias, ha asegurado a este periodista que el volcán esta arrojando un promedio de 109 toneladas diarias de dióxido de azufre, un material que es el factor directo para provocar la inmensa mancha verde y la masiva muerte de peces en la zona.
Para medir esa expulsión de materiales que no se observan a simple vista, el equipo del Instituto Volcanologico se ha apoyado en un sensor óptico remoto que, a bordo de un helicóptero de la Guardia Civil sobrevuela desde el domingo la zona. Si la visión humana estuviera dotada de rayos infrarrojos podría apreciar una especie de penacho que se eleva hacia el cielo conteniendo esos gases, pero resulta imperceptible a no ser que se utilicen estas herramientas.
El helicóptero ha de sobrevolar a unos diez metros las burbujas que el cráter submarino provoca en la superficie del mar, y desde allí, dirigir la óptica del equipo hacia el cenit, de manera que puedan medirse las emisiones de dióxido de azufre. Se trata de una técnica hasta ahora no empleada en erupciones volcánicas submarinas que esta dando interesantes resultados, a juicio de Nemesio Perez.
Pero la población, lejos de preocuparse por los adelantos científicos y las mediciones de cada día, mira con cierta alarma la aparición de esos centenares de peces de ribera aparecidos este martes y la tarde noche de lunes. Dicen desde el IGN que son peces de ribera que regresaron una vez la mancha del volcán había cursado hacia el sur, pero se debió producir un cambio de rumbo que provocó esta enorme mortandad.