El biógrafo de Zaplana confirma las insinuaciones de Román Rodríguez

El rifirrafe vivido esta semana en el Congreso entre el diputado de Nueva Canarias (NC), Román Rodríguez, y el portavoz adjunto del Grupo Popular, Jorge Fernández Díaz, que salió en defensa de su jefe de filas, Eduardo Zaplana, tiene su base en un episodio literario. Fernández había acusado a Rodríguez de “tránsfuga” de Coalición Canaria y éste sugirió que preguntara a Zaplana “como inició su carrera política”. La insinuación fue considerada como “injuria y calumnia” por el portavoz adjunto del PP, que señaló a Rodríguez por saltar “como un resorte” al oir la palabra “tránsfuga”. Pero el biógrafo de Zaplana, Alfredo Grimaldos, confirma las palabras de Román Rodríguez.

Grimaldos es autor del libro Zaplana, el brazo incorrupto del PP (Ediciones Foca, 2007), y en su capítulo 3 titulado El Marujazo cuenta como “Eduardo Zaplana accede a su primer cargo público, el de alcalde de Benidorm, sin ganar las elecciones correspondientes. Lo consigue gracias al voto de la concejala tránsfuga del PSOE María Sánchez Trujillo. Los acuerdos secretos del pacto que permite al ambicioso político hacerse con la alcaldía en 1991, y las contraprestaciones económicas ”bajo mano“ que le reclama Sánchez, aún se desconocen, pero la Bienpagá, como es conocida en Benidorm, continúa disfrutando de un salario a cargo de la corporación municipal 16 años después de aquellos hechos”.

Según el relato de Grimaldos, días después de que Zaplana y Maruja Sánchez se reunieran en una cafetería de Murcia “el PP presenta una moción de censura contra el socialista Manuel Catalán Chana que le descabalga de la alcaldía”. La sesión plenaria fue tumultuosa, pues en la calle “una multitud iracunda espera su salida y tiene que ser escoltada por la fuerza pública. En una pancarta se puede leer: Maruja, ¿y la pasta qué?”.

Conseguida por Zaplana la alcaldía gracias a su voto, el periódico local Canfali reproduce en su portada una foto en la que “se puede ver al nuevo mandatario municipal bailando en una discoteca con Maruja Sánchez, muy risueños ambos”. La investigación de Grimaldos revela en un epígrafe titulado “la saga de los bienpagaos que sólo en sueldos oficiales, verificados, Maruja Sánchez ha percibido de las arcas públicas, desde su deserción, más de 100 millones de pesetas. Durante este tiempo, Sánchez ha aprovechado para introducir en el Consistorio a su marido y a su nuera. Su hijo ha entrado también por la vía del compadreo político en la delegación del Canal 9 de Alicante”. También señala que la concejala “tránsfuga”, “sin patrimonio relevante hasta ese momento, consigue con facilidad dos créditos de 35 millones de pesetas en sólo tres meses, a pesar de que el matrimonio ha sufrido varios embargos por impagos bancarios anteriores. Han vivido por encima de sus posibilidades y están contra las cuerdas”.

El libro añade que la Bienpagá y su marido “deben alrededor de 8 millones de pesetas de un crédito personal y tienen embargado un chalet que poseen en La Nuncia, sobre el que pesa una hipoteca de 20 millones de pesetas. Pero todo cambia inmediatamente después de la moción de censura contra el alcalde socialista Catalán Chana. Para evidenciar aun más que la rueda de la fortuna ha sido generosa con ellos, Sánchez y Martínez adquieren una finca de 300.000 mettros cuadrados”. Por último concluye que “los gastos oficiales de la Corporación de Benidorm se incrementan desde el equivalente a 33,8 millones de euros en 1991, el año del marujazo, a 45,7 millones de euros en 1994”.

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