1.461 días de gobierno

Fernando Clavijo en el acto de toma de posesión como presidente del Gobierno de Canarias. (ALEJANDRO RAMOS)

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, pidió durante su investidura que le dieran “una oportunidad”. Tanto a los grupos parlamentarios como a la sociedad recordó que quedan por delante 1.461 días para demostrar que éstos son nuevos tiempos: los de la mano tendida, el diálogo y el entendimiento.

Ha comenzado la Legislatura del Buen Rollito. Ahora, queda por dilucidar si también será la de la recuperación económica y, sobre todo, social de Canarias. Una región hundida en tasas de pobreza y desempleo como nunca ha tenido hasta ahora en su historia más reciente.

Aunque la misma ha empezado más bien con ciertas dosis de autoritarismo bastante ajenas al clima de consenso que el presidente quiere convertir en la piedra angular de su mandato: CC y PSOE han copado el 80% de los miembros de la Mesa de la Cámara cuando representan sólo el 37% del voto, y excluyendo a Podemos y a Nueva Canarias (NC), que son el 25% del electorado.

No se concita esa decisión con el preámbulo del Pacto por el crecimiento y el progreso social y económico de Canarias que ambas formaciones políticas suscribieron el pasado 22 de junio, y en el que expresamente se asegura que el 24 de mayo ha conformado “un Parlamento más plural por voluntad de la ciudadanía que refleja la necesidad de redoblar esfuerzos en las acciones de diálogo y consenso sobre los grandes asuntos de Canarias”.

¿Y cuales son esos asuntos? A tenor de lo que han dicho los dos principales actores, Clavijo y Hernández, el empleo y el crecimiento económico reforzando las políticas sociales del Estado del Bienestar “sin que nadie se quede atrás”.

Aún están por descubrir las medidas concretas (y presupuestarias) que se van a adoptar, pero las grandes líneas de actuación han sido marcadas tanto en el documento programático como en el discurso de investidura y las posteriores declaraciones de Clavijo tras la toma de posesión de su cargo y el de los cargos de su gabinete.

Durante los 1.461 días que ha pedido como oportunidad, el gabinete se va a empeñar en combatir el paro mediante un cambio de modelo económico y una ayudita de un nuevo sistema de financiación por parte del Estado que mitigue el estrangulamiento financiero al que se ha visto sometido el Archipiélago durante la era Rajoy. Una financiación de la que también forma parte fundamental el Plan Integral de Empleo (PIEC) que el Estado dinamitó en la pasada legislatura.

Pero dejando la aportación estatal al margen y centrándonos en medidas de autogobierno, el Gobierno de Clavijo deberá incentivar las segundas oportunidades tanto para que quienes quieren alcanza un titulación superior como las referidas a segundos y terceros ciclos de formación profesional, sin olvidar, como reitera Hernández, la necesidad de aumentar “la calidad” de los empleos estimulando a los empresarios para que hagan contratos fijos y con sueldos bien remunerados.

Y ahí es donde vuelve a aparecer el buen rollito, en forma de concertación social para que puedan cristalizar políticas de inserción laboral para jóvenes, mujeres, desempleados de larga duración, mayores de 45 años y personas con discapacidad.

Recuperar el talento

Junto a todo esto, el Ejecutivo pondrá en marcha actuaciones para cumplir otra de las máximas de la vicepresidenta: recuperar el talento que ha emigrado por falta de oportunidades y la imposibilidad de construir un proyecto vital en las Islas: “Ninguna sociedad puede avanzar por la senda de la prosperidad renunciando a desarrollar el talento de una generación”, reza el programa de gobernabilidad.

Todo ello combinado con planes de empleo sociales y medidas para “no dejar a nadie en el camino”, dentro de un nuevo modelo económico diseñado por la vicepresidenta en el que la inversión irá destinada, no a terrenos, instalaciones y activos fijos sino, según sus propias palabras, “al capital humano, los activos intangibles y la innovación”.

Para ello, se acelerarán proyectos de economía del conocimiento y se incrementará la “seguridad jurídica de las deducciones existentes destinadas a la I+D” y la consolidación de una serie de “incentivos fiscales” orientados a mejorar el conocimiento, la investigación, la innovación y la enseñanza superior “con una política ambiciosa de desarrollo sostenible”.

Un nuevo modelo económico que no abandona al tradicional motor de las Islas, el turismo, pero que lo reconvierte hacia la sostenibilidad y la calidad basándose en la modernización, rehabilitación para crear “un destino turístico fundamentado en la excelencia”.

Bienestar social

Y todo ello con la vista puesta en la lucha contra la desigualdad, la exclusión social y contra la pobreza.

El buque insignia de las políticas sociales será la anunciada nueva Ley, con la que ambos partidos quieren acabar con el mal regusto que ha dejado el paso de Inés Rojas por la Consejería en los últimos ocho años, los peores de la crisis.

Una legislación que creará una cartera básica de derechos sociales y hará especial hincapié en la dependencia y la discapacidad. Además, se complementará con otras medidas, como el plan contra la soledad de los mayores, que acoja su acompañamiento e incentive el envejecimiento activo“.

Por supuesto, se garantizarán las partidas para que la Prestación Canaria de Inserción (PCI) no se agote a mitad de año y conseguir otra de las máximas de Hernández: garantizar que “no haya ningún hogar con menores sin ingresos”.

Medidas que irán acompañadas de la creación de la Oficina de Intermediación Hipotecaria, el freno a los desahucios, “sanciones a las entidades que mantienen las cláusulas abusivas”, buscar un acuerdo con el SAREB (banco malo) “para la cesión del 90% de sus viviendas en Canarias”, o “acortar los plazos del procedimiento de adjudicación de la vivienda social”.

Sanidad, 22 años después

En cuanto a la Sanidad, otra de las patas del Estado del Bienestar, el buen rollito de la Legislatura se traduce en el Pacto Social y Político con el que se pretende garantizar la suficiencia financiera para mantener un sistema público, universal y gratuito. Y, para ello, este área, que será asumida por un neurólogo de prestigio metido a político, Jesús Morera, será mejorada en su gestión, que nunca ha estado en manos del PSOE desde que Canarias asumió las competencias sanitarias.

En 1993, los socialistas dijeron adiós a la Consejería de Sanidad. Ahora que la retoman, deberán demostrar que se puede mejorar y modernizar la gestión y la organización del Servicio Canario de Salud (SCS), para rebajar las interminables listas de espera, la puesta en marcha de un Plan de Urgencias o reducir el sistema de convenios con la sanidad privada para que ésta sea un complemento y no una sustituta de la pública.

Son muchos los retos para decidir en 1.461 días “qué tiempo nuevo queremos para esta tierra”, como dijo el propio Clavijo.

Pidieron una oportunidad. Ya la tienen.

La presidenta del Parlamento, Carolina Darias, se refirió a Clavijo y Hernández como “aires nuevos”. Solo queda esperar si ese viento hace despegar a las Islas y las limpia de injusticia social.

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